El portavoz del PSOE en el Senado, Óscar López, ha aconsejado al PP que se sume sin reparos a la idea de reformar la Constitución de 1978 pues consideras que la mejor forma de defenderla es promover su actualización.
Según el PSOE, fue Rajoy quien ofreció a Artur Mas "algo muy cerca del pacto fiscal", mientras que la propuesta del PSOE es que en la reforma de la Constitución se especifique el modelo de financiación autonómica manteniendo la solidaridad entre personas y entre territorios. "Sería bueno constitucionalizar algunos principios y hay que acordarlo con las comunidades autónomas", concluye.
En declaraciones a Europa Press, Óscar López ha reconocido que "nadie dijo que vaya a ser fácil" acometer la reforma de la Carta Magna, pero está convencido de que al final habrá clima para ello.
Precisamente esta semana el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asumido la idea de reformar la Constitución para, entre otras cosas, dejar claras las competencias del Estado y de las Comunidades autónomas y para resolver la sucesión de la Corona.
El senador socialista recuerda que la Constitución de 1978, aprobada incluso antes de España entrara en Europa, necesita una serie de cambios "de cajón" y considera que, "si el PP dice que defiende la Constitución, la mejor forma de hacerlo es reformarla para que tenga cuarenta años más de vida".
"EL INMOVILISMO ES ABSURDO"
A su juicio, "la posición inmovilista de Rajoy es absurda", pero al igual que "el PP llegó tarde a la Constitución y le está costando llegar a la reforma", acabará defendiendo dentro de 20 años la reforma que se haga.
El ex secretario de Organización del PSOE asegura "rebelarse" ante quienes, como Podemos, aseguran que el pacto constitucional fue una cosa de "élites", y ha reiterado su defensa del la Transición.
"Me rebelo contra los que dicen que el pacto constitucional fue un acuerdo de élites, los que quieren tirar por tierra un esfuerzo colectivo que ha dado lo mejor al país --proclama--. Defiendo ese modelo y creo que se tienen que actualizar".
Óscar López admite que España ha sufrido "cinco años de crisis brutal" y que se han visto "casos de corrupción demenciales", pero subraya que, aunque esos dos factores han minado la credibilidad de la política y de los partidos, debe tenerse en cuenta que "este país ha hecho lo mejor en estos cuarenta años".
