En rueda de prensa, el jefe de la Comisión Electoral Independiente (IEC), Daud Alí Najafi, informó de que el presidente se ha hecho con 3.093.256 votos (54,6%), frente a los 1.571.581 (27,8%) de su principal rival, el ex ministro de Exteriores Abdulá Abdulá, siempre según el cómputo preliminar.
Karzai necesita superar el umbral del 50% para salir reelegido de forma inmediata y evitar una segunda vuelta en la que un candidato pudiera aglutinar los votos de otros aspirantes para intentar arrebatarle la Presidencia.
Najafi confirmó los pronósticos de baja participación, que situó en el 38,7 %, y añadió que se han dado por válidas un total de 5.662.758 papeletas, cifra sobre la cual se basan los porcentajes de los candidatos.
La IEC, encargada del escrutinio, dijo haber puesto “en cuarentena” los sufragios de un 2,15% de los colegios electorales, susceptibles de haber registrado irregularidades y que no se han incluido en el recuento.
Corresponde ahora a la Comisión de Quejas (ECC), órgano independiente en el que hay integrados miembros de la ONU, decidir qué hacer con estas papeletas.
Pero lo que podría tener un impacto mayor en los resultados finales es la orden de la ECC, que ayer exigió a la Comisión Electoral un nuevo recuento en casi el 10% de los colegios afganos, “sospechosos” de haber registrado fraudes.
Deberán escrutarse de nuevo las papeletas depositadas en 2.500 de los 26.000 centros de voto que abrieron sus puertas el día 20 de agosto.
Cada colegio tenía un máximo variable de 600 electores, por lo que los centros con aproximadamente este número de papeletas –que representan una participación muy alta– deben auditarse, así como los que tienen un 95% o más de las papeletas a favor de un mismo candidato.
La misión de observadores de la Unión Europea (UE), que ha supervisado los comicios, cifró ayer en 1,5 millones los votos “sospechosos” de ser fraudulentos, 1,1 millones de ellos favorables a Karzai.
En un comunicado, la jefa adjunta del equipo electoral europeo, Dimitra Ioannou, detalló que otras 300.000 de estas papeletas “sospechosas” fueron para Abdulá y 92.000 para el candidato hazara Ramazan Bashardost, según los datos que maneja.
Estos dos últimos aspirantes han denunciado en varias ocasiones durante el proceso electoral un fraude generalizado para que Karzai se impusiera en primera vuelta. El equipo de campaña de Karzai tachó estos datos divulgados por la misión europea de “parciales, irresponsables y en contradicción con la Constitución de Afganistán”.
