La Cumbre del Clima que se ha celebrado en Madrid (COP25) bajo presidencia chilena no ha logrado impulsar la acción climática como se esperaba por la falta de voluntad de los principales países emisores de CO2 de adquirir nuevos compromisos de reducción.
No obstante, la cumbre ha revelado el protagonismo que han adquirido la sociedad civil y las empresas para alcanzar los objetivos necesarios para minimizar los efectos del cambio climático.
Entre las empresas que han presentado acciones concretas para la reducción de sus emisiones de carbono figuran Iberia, Europcar, Unilever, Red Eléctrica, Schneider, Ferrovial, CaixaBank, Telefónica, Danone, L’Oreal, Suez, Iberdrola, Henkel, Decathlon, Nestlé, Glovo o Acciona.
LA ECONOMÍA CIRCULAR, MOTOR DE CAMBIO
Uno de los ámbitos en el que han coincidido la mayoría de las empresas que han participado en la COP25 ha sido el del importante aporte de la economía circular a la adaptación y la mitigación del cambio climático desde la actividad empresarial.
Reducción de emisiones, eficiencia energética, ahorro de agua o prevención de residuos son algunas de las principales aportaciones de la economía circular para frenar el avance de la crisis climática y evitar los perores escenarios que auguran distintas predicciones.
CASOS CONCRETOS DE ÉXITO
Entre las empresas que han expuesto sus estrategias para avanzar en esta línea está Unilever, compañía que impulsa la economía circular a nivel internacional. En los últimos años las marcas basadas en la sostenibilidad de Unilever crecieron un 46% más que el resto del negocio y aportaron el 70% del crecimiento global de la compañía.
Un ejemplo de su compromiso hacia una economía circular es la reducción de sus residuos de envases. Desde 2010 los residuos asociados a los productos de Unilever han disminuido a escala mundial un 30%, mientras que el peso de sus envases se ha reducido un 15% de media.
La multinacional anglo-holandesa ha anunciado que en menos de 5 años el 100% de sus envases plásticos serán totalmente reutilizables, reciclables o aptos para el compostaje. En un plazo de tan solo cinco años eliminarán más de 100.000 toneladas de envases de plástico de todas sus marcas, de manera que antes de 2025 Unilever recogerá y procesará más envases de plástico de los que coloque en el mercado. Este compromiso significa que para 2025 estará recogiendo y reciclando cerca de 600.000 toneladas anuales de plástico usado.
Otro ejemplo es AquaService, marca líder en distribución de agua mineral natural con dispensador en España. Actualmente cuenta con más de 300.000 clientes, tanto empresas como hogares, que dan de beber a más de un millón y medio de usuarios al día.
La garrafa de plástico con la que se suministra el agua al dispensador es entregada en depósito y recogida en domicilio, por lo que ninguna garrafa acaba en el entorno. Las características de esta garrafa permiten su rellenado y redistribución. Al final de su vida útil se recicla al 100%.
Con este sistema se evita la fabricación y el uso de 200 millones de botellas de litro y medio así como el posible impacto de su residuo en el Planeta. Ello equivale a la reducción directa de 60 toneladas anuales de plástico.
La extracción del agua se hace de manera sostenible, mediante una red de multimanantiales que reduce la explotación del acuífero y garantiza su recarga natural. Las entregas se realizan mediante rutas de alta eficiencia y bajas emisiones que han permitido reducir las distancias un 40% en los últimos 3 años. El 30% de las entregas finales se realizan con carretilla gracias al sistema ‘CamiónHub’.
Gracias a todo ello, en 2019 AquaService ha reciclado 113.011 kilos de envases de plástico. Ha generado 90.200 Kw/h de energía renovable a través de sus instalaciones fotovoltaicas y ha evitado la emisión de casi 20 toneladas de CO2 gracias a la eficiencia en el transporte.
Iberdrola es otra de las compañías que ha expuesto su apuesta por la economía circular y ha anunciado su objetivo de avanzar hacia un escenario de cero emisiones de CO2 para antes de 2030.
La compañía eléctrica, que inició hace dos décadas la transición hacia una economía baja en carbono, reduce en la actualidad menos de una cuarta parte de las emisiones que emiten el resto de las empresas del sector, todo ello sin renunciar a ninguna prestación a sus clientes y ganando en competitividad.
Iberdrola, que ya ha alcanzado la neutralidad en carbono en buena parte de los países en los que opera, como Alemania, Reino Unido o Portugal, afronta la lucha contra el cambio climático como una oportunidad de mejora y adaptación que va a actuar como selector natural en un ecosistema de economía circular.
Para esta compañía, la economía circular supone un cambio cultural en el sistema productivo y de consumo: la única salida posible para afrontar la falta de recursos y reducir el impacto ambiental de la actividad económica, creando valor y empleo. Actualmente está invirtiendo cerca de 10.000 millones de euros anuales en su oferta en energías renovables, redes inteligentes y almacenamiento eficiente.