El granadinismo vive estos días en vilo ante la duda de si va a seguir o no al frente de la plantilla el técnico Diego Martínez, primer preparador en la historia del club que ha completado tres temporadas seguidas al mando de un equipo al que ha llevado desde Segunda División hasta los cuartos de final de la Liga Europa.
Los principales dirigentes del club, con la consejera Patricia Rodríguez a la cabeza, negocian estos días la continuidad de Diego Martínez, que a lo largo de la temporada instó a los máximos responsables de la entidad a hablar de su renovación, ya que acaba contrato el 30 de junio, una vez hubiera acabado la campaña.
Si hay algo claro en el asunto es que seguir o no en el Granada es un asunto que va a depender casi en exclusiva de los deseos del preparador, ya que los gerifaltes de la entidad están dispuestos a darle prácticamente todo lo que pida, siempre que esté dentro de unos límites razonables, para que continúe al frente del equipo.
Diego Martínez se ha ganado, con creces, el derecho a decidir su futuro. Ha logrado en tres años con el Granada cotas inimaginables, llevando al equipo desde Segunda División a disputar competición europea por primera vez en su historia, alcanzando hitos y rompiendo techos deportivos sin freno.
El técnico y su representante, Juan Maraver, cuentan con ofertas sobre la mesa, aparte de la obvia del Granada, y en los próximos días deshojarán finalmente la margarita y todo el mundo saldrá de dudas.
El propio Diego Martínez reconoció tras el partido de este domingo ante el Getafe que aún no tiene decidido su futuro. Parece evidente, sobre todo conociendo su ambición y su deseo por aspirar siempre a lo máximo, que si decide continuar en el Granada es porque realmente ve visos y mimbres de que el club pueda seguir creciendo a corto plazo.
En las últimas semanas el técnico no ha dejado de recibir guiños y mensajes desde todos los ámbitos del club y de la sociedad granadina: dirigentes, jugadores, empleados, políticos, aficionados... Él mismo ha reconocido que es imposible devolver todo el cariño que recibe.
Con una plantilla que cuenta con muchos jugadores válidos con contrato en vigor y que no necesitará de grandes cambios, la permanencia o no al frente del equipo del preparador gallego es la gran prioridad y lo que marca la hoja de ruta en la preparación de la campaña venidera del club andaluz.
El granadinismo ha elevado a la figura casi de deidad a este gallego de sólo 40 años, que se ha ganado a la afición como nunca hasta ahora lo había hecho ninguna otra figura futbolística, ni siquiera un jugador, dentro y fuera del terreno de juego.
Por eso durante estos días en que no está clara su permanencia en el club, la afición sufre más que si su equipo peleara una salvación en la máxima categoría. Nadie se quiere imaginar un Granada sin Diego, el técnico que ha dotado de un sello, una identidad, una personalidad y un carácter propio a un equipo inolvidable.