Atalaya Mining ha presentado unos resultados operativos satisfactorios en el año 2022, demostrando que, con
15,4 millones de toneladas de mineral procesadas, la planta puede operar por encima de su capacidad nominal de 15 millones anuales.
Y esto, según destaca en un comunicado la compañía,
a pesar del impacto negativo de la huelga del sector del transporte que afectó negativamente los resultados del primer trimestre.
La producción de cobre en 2022 se ha situado en 52.269 toneladas, lo que representa una ligera bajada respecto al 2021. Esto ha sido debido principalmente a una leve disminución en la ley de cobre, que ha cerrado el año en el 0,40% (frente al 0.41% del 2021). Y, por otro lado, a los efectos de la huelga de transportes del primer trimestre, coyuntura que se aprovechó para realizar una parada general de mantenimiento.
Estas dificultades han sido "razonablemente compensadas" por un buen cuarto trimestre, en el que se han alcanzado los cuatro millones de toneladas procesadas frente a las 3,9 del trimestre anterior y las 3,8 del mismo periodo de 2021. En cuanto a la producción de cobre, las 13.969 toneladas de metal expedidas superan ligeramente al mismo periodo de 2021, que se situó en 13.453 toneladas.
Con estos datos a cierre de 2022,
la compañía espera mantener en 2023 el ritmo de producción de la mina de Riotinto con un rendimiento por encima de la capacidad nominal y una mejora de las leyes del cobre. Así,
las previsiones de producción para este año se sitúan entre 53.000 y 55.000 toneladas.
El consejero delegado de Atalaya Mining, Alberto Lavandeira, ha señaado que 2022 ha estado dominado por factores geopolíticos y macroeconómicos como la guerra, la inflación y una crisis energética sin precedentes en Europa. "No obstante, nuestro rendimiento operativo no se ha visto afectado de manera relevante".
También señala que, "a pesar de los vientos en contra, en particular en cuanto a costes se refiere, nuestro balance sigue siendo sólido y por ello tengo que felicitar a todo el equipo". Esto permitirá a la compañía, continuar invirtiendo en "iniciativas de crecimiento y reducción de costes, incluyendo el proyecto E-LIX o los nuevos proyectos de explotación y exploración dentro de nuestra cartera, con especial atención a Touro, que podría convertirse en una nueva fuente de producción de cobre en Europa".
El primer reto al que la organización se enfrenta en este 2023 es el de los costes energéticos. Para ello, el pasado 1 de enero entró en vigor el acuerdo de compra de electricidad a largo plazo con Endesa que proporcionará aproximadamente el 31% de las necesidades actuales de
Riotinto.
En paralelo,
avanza la construcción de la planta solar de autoconsumo de 50 MW. A pleno rendimiento, se espera que esta instalación aporte una cuarta parte de las necesidades de la operación. Además, Atalaya sigue evaluando otras iniciativas de energía renovable que podrían proporcionar más electricidad de bajo coste y libre de emisiones de CO2 para sus operaciones en Riotinto, incluyendo la producción de energía eólica.
Por otra parte, Atalaya y Lain Tech siguen avanzando en el desarrollo de la Fase I de la planta E-LIX, cuya puesta en marcha se espera dentro del primer semestre de 2023. También sigue progresando la evaluación económica preliminar del proyecto operativo que combina las
reservas de Cerro Colorado con material de mayor ley de San Dionisio, que significaría la prolongación de la vida del proyecto.
Respecto a Masa Valverde, continúan activos tres equipos de perforación centrados en la definición de recursos en las áreas de interés denominadas Campanario y Mojarra.
Atalaya Mining viene trabajando con la Universidad de Huelva en el proyecto para establecer un sistema mejore los registros de acidez y presencia de metales en el agua de algunos cursos de agua de la cuenca del Odiel, con una inversión global de cinco millones de euros. Se trata de una problemática originada por la minería histórica y que está afectando a la calidad de este río clave para la provincia de Huelva.
El proyecto sigue avanzando y los ensayos realizados recientemente constatan que el sistema funciona a escala laboratorio con unos resultados excelentes: se demuestra una bajada significativa en la acidez neta y la eliminación total de metales, en cumplimiento de los
objetivos ambientales establecidos para la mayoría de los parámetros analizados.
El equipo de Atalaya y un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), trabajan en el desarrollo de este nuevo proyecto de innovación: Stone. Básicamente, se trata de instalar en la mina de Riotinto un sistema de monitoreo geotécnico, en el cual se integran dos técnicas de control y que se convertiría en el más avanzado a nivel internacional. El objetivo es mejorar el control de la estabilidad de todos los terrenos e infraestructuras operativos de la mina, redundando así en una operación más segura.