La investigación, publicada recientemente en la Physiological and Biochemical Zoology de la Universidad de Chicago, parte de la base de que los niveles de GSH (un antioxidante intracelular clave) disminuyen con la edad, por lo que la capacidad para melanizar las estructuras del cuerpo también debería variar con la edad.
Esta posibilidad ha sido la que los científicos han probado en una población silvestre de jabalíes, concluyendo que los niveles más altos de feomelanina -responsable de la coloración castaña- en el pelo, se detectan con los niveles más bajos de GSH en el músculo, es decir, que los jabalíes con coloración castaña más intensa mostraban niveles más altos de daño oxidativo.
Esta comprobación lleva a los investigadores a indicar que la feomelanina "puede hacer que los animales sean más susceptibles al daño oxidativo".
Por otra parte, el encanecimiento del pelo, lejos de ser un signo de deterioro relacionado con la edad, parece indicar buenas condiciones en los jabalíes.
Consideran que esto puede deberse a que las canas podrían indicar en el jabalí "la capacidad de evitar, a nivel sistémico, el daño oxidativo que experimenta su pelo".
La investigación ha sido desarrollada por Juan Negro, de la Estación Biológica de Doñana; Carlos Alonso-Álvarez, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos; e Ismael Galván, del Departamento de Ecología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales, todos ellos centros asociados al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIF).