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Huelva

“Vida salvaje”, del francés Cédric Kahan, cierra la competición del Festival de San Sebastián

Decepciona “Murieron por encima de sus posibilidades”, de Isaki Lacuesta

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  • Protagonistas de \"Escobar\" -

La suerte está echada. La competición de San Sebastián ha finalizado con la excelente “Vida salvaje”, del francés Cédric Kahn y con la decepcionante “Murieron por encima de sus posibilidades”, del español Isaki Lacuesta. Cara y cruz de lo que ha sido el Festival, muy desigual, que este sábado entregará el palmarés a última hora de la tarde. Además, este viernes se ha entregado el segundo de los Premios Donostia 2014 al hispano puertorriqueño Benicio del Toro.

“Vida salvaje” muestra como una pareja con tres hijos que viven en comunas al aire libre al margen de toda civilización se rompe. Tras diversos avatares, la mujer, que regresa a casa de sus padres, obtiene la custodia de sus hijos, pero su marido rapta a dos de ellos, y sobrevien durante diez años, huyendo de la policía, entre granjas y comunidades de marginados, siempre al aire libre, rodeados de animales (gallinas, cabras…) sin apenas contacto con la civilización. La película, que está protagonizada por Mathieu Kassovitz y Céline Sallette, está coproducida por los belgas hermanos Dardenne y dirigida por Cédrick Kahan (“Roberto Succo”). “Vida salvaje” es una película sin culpables, lo que la hace grande. Ofrece tanto el punto de vista de la madre, que busca una seguridad como la del padre, feliz de vivir al día, en contacto con la naturaleza y sin planes para el mañana. Y mira el crecimiento de dos hermanos, desde la niñez hasta la adolescencia, en contacto con el entorno más salvaje. Un buen colofón para el certamen.

Por desgracia, antes se vio “Murieron por encima de sus posibilidades”, de Isaki Lacuesta, director poseedor de una Concha de Oro por “Los pasos dobles”, que ha sido la otra cara de la moneda del viernes. Con un enorme reparto coral en el que están, entre otros muchos Raúl Arévalo, Imanol Arias, José Coronado, Emma Suárez, Álex Monner, Albert Plá, José Sacristán, Pau Riba, Jordi Vilches o Julian Villagran, es una comedia surrealista que, desgraciadamente no provoca risas. Es la historia de cinco ciudadanos normales y corrientes, de un país extrañamente parecido al nuestro, ven destrozadas sus vidas por la crisis económica. Sin nada ya que perder, elaboran un enloquecido plan para salvar la economía española y mundial: secuestrar al presidente del Banco Central y exigirle que todo vuelva a ser como antes. La película se ha rodado a lo largo de dos años, lo que juega en su contra, porque resulta tremendamente deslavazada. Es la primera comedia de Lacuesta, que ha hecho documentales muy notables, pero está claro que provocar risas no es lo suyo. La película ha sido acogida con una total frialdad.

El viernes ha sido la jornada de la entrega del segundo Premio Donostia de esta 62 edición. El actor de “Che” o “El hombre lobo”, que se ha pasado varias semanas rodando en tierras de Almería a las órdenes de Fernando León de Aranoa “A Perfect Day”, ha llegado a San Sebastián, como no podía ser menos, con su nueva película bajo el brazo, “Escobar: Paraíso perdido”, donde interpreta al narco colombiano Pablo Escobar. La historia de un joven surfista que se enamora de una joven colombiana. Todo parece perfecto hasta que conoce al tío de la chica, el famoso narcotraficante Pablo Escobar. Una película correcta dirigida por Andrea Di Stefano  Benicio del Toro, que ya estuvo en San Sebastián en 2012 con “Salvajes”, ha recordado sus tres décadas como actor y su debut como director con uno de los segmentos del filme colectivo “Siete días en La Habana”.

Estas últimas horas del certamen son propicias para hacer quinielas, pero, como recuerdan los más veteranos, año tras año, los jurados del Festival de San Sebastián, da igual quién lo integrase, se han caracterizado por ir en contra de los títulos favoritos. Aquí se le negó la Concha de Oro de “Muerte entre las flores”, de los hermanos Coen, a “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella, que después ganaría el Oscar o, el pasado año, a “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, de David Trueba, que arrasó en los Goyas. Este año suenan como favoritas “La isla mínima”, de Alberto Rodríguez, “Phoenix”, del alemán Christian Petzold, “Magical Girl”, de Carlos Vermut, “La entrega”, de Michael R. Roskan y la citada “Vida salvaje”.

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