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Andalucía

Un sueño cumplido

Todo ha acabado en torno al mediodía, cuando a las 12.21 horas la Virgen del Rocío ha alcanzado la 'Concha Peregrina' que corona su Santuario y se ha puesto punto y final a una procesión de casi nueve horas y media por las calles de la aldea, en lo que es todo un acto de cortesía

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  • Procesión. -

Un año más, El Rocío se despide con la sensación del sueño cumplido, el de los cientos de miles de romeros concentrados en la aldea almonteña que han podido una vez más disfrutar de la Blanca Paloma y hacerla partícipe de sus salves y plegarias.

Todo ha acabado en torno al mediodía, cuando a las 12.21 horas la Virgen del Rocío ha alcanzado la 'Concha Peregrina' que corona su Santuario y se ha puesto punto y final a una procesión de casi nueve horas y media por las calles de la aldea, en lo que es todo un acto de cortesía.

Esa cortesía que marca de forma indiscutible la romería del Rocío y que se constata tanto en actos religiosos como la Presentación de Hermandades o el Santo Rosario previo a la procesión como en el propio convivir de las personas que se congregan en este enclave situado a los pies de la marisma de Doñana.

Esa cortesía que la también llamada 'Reina de las Marismas' eleva a universal con su paseo a hombros de los almonteños cuando, una a una, se ha ido acercando a sus 116 hermandades filiales para agradecerles que, una vez más, no falten a la cita y contribuyan a engrandecer la fe en torno a ella.

Atrás quedan días para el recuerdo, de convivencia, hermandad, emociones y sensaciones tanto en el camino como en la propia aldea que siempre dejan algo nuevo, y en los que siempre, por muy habitual que pueda parecer todo, hay lugar para la sorpresa.

Los actos centrales de la romería comenzaban el pasado viernes con la presentación de las 116 hermandades filiales, que continuó el sábado; ya en la jornada de ayer la Misa de Romeros y el Rosario de antorchas a media noche anunciaban el que es el momento culmen de cada Lunes de Pentecostés, que este año se ha producido a las 3:03 horas.

En ese instante, con el simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte atravesando el dintel del Santuario, los almonteños protagonizaban el conocido como 'salto de la reja' despertando el fervor de todos los presentes y marcando el inicio de lo que ha sido una procesión impecable.

Así mientras en el interior algunos devotos se afanaban en coger la arena que instantes antes había pisado el paso de la Virgen del Rocío, para tenerlo como recuerdo y con el pensamiento, en muchos de ellos, de que todo lo que ella toca está bendito, ya en el exterior se escuchaban los primeros vivas, palmas y rezos.

Algo que se ha ido repitiendo a lo largo de todo el recorrido por cada uno de los rincones a los que los almonteños han llevado a su patrona, una imagen que para ellos lo es todo y que cuidan, miman y tratan como si una persona se tratara.

Y es que, como cada año, en ese sueño cumplido el rezo se ha hecho plegaria y canción en boca de los miles de romeros que no han querido dejarla sola, que de nuevo la han arropado y han participado esos momentos mágicos e inolvidables que cada año deja esta celebración, como el "los vuelos" de los niños a manos de los costaleros para ser acercados lo más posible para que puedan tocar el manto de la Virgen.

Y en los rostros de su fieles, anhelantes de ese momento, se ha dejado entrever la emoción y el sentimiento de tenerla junto a ellos, mezclada por la nostalgia que supone la visita de la Virgen, ya que con ella se pone fin a la romería.

Y es que muchas hermandades emprenden el camino de vuelta en cuanto se produce ese momento, lo que implica que desde el Plan Romero se vuelvan a activar de forma progresiva los dispositivos de los caminos para tratar de garantizar que todos los rocieros que lo realizan -no son todos- vuelvan a sus casas sin problemas.

Concluye por tanto un año más de camino y de aldea, de vivencias, de emociones y sensaciones, otra romería que es ya recuerdo y que, por el momento, ha estado marcada por la normalidad.

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