A José se le parte el alma de ver cómo todas las reclamaciones dirigidas al Ayuntamiento caen en saco roto. Este vecino y su familia de la calle Zumbajarros, en el barrio de La Magdalena, viven con el alma en vilo al ser colindantes de una vivienda municipal en grave riesgo de derrumbe.
No solo temen que esa vivienda se venga abajo y provoque alguna desgracia entre el vecindario, sino que ya está siendo la responsable de que la casa de José esté sufriendo un importante deterioro, tanto en su estructura como en las paredes y los saneamientos. “Desde el año 2007 venimos sufriendo este calvario y el Ayuntamiento no hace nada, ni tira esta vivienda de su propiedad ni la vende a ningún particular”, indica José Bailén, que vive con sus dos hijos en una casa donde las humedades y el hundimiento de las paredes y suelo se ha agudizado a medida que aumentaba la ruina de la vivienda contigua de propiedad municipal.
“Hasta las ratas nos están acechando”, señala este vecino, diabético y con problemas de movilidad y que clama una solución al Ayuntamiento. La vivienda municipal ya se vio afectada hace tres meses por un incendio que dañó aún más su estructura y provocó el miedo en el barrio. La casa, declarada en ruina desde hace años, tan solo tiene una valla de seguridad en su fachada, aunque los vecinos se quejan de la falta de seguridad en la zona.
De alguna manera, la situación de la calle Zumbajarros es el fiel reflejo del proceso de degradación que sufre el casco antiguo de Jaén desde hace años, ante la pasividad municipal.
La Concejalía de Urbanismo admitió recientemente que existen 220 expedientes de ruina que afectan a casas y a solares en el casco antiguo jienense. Los casos se elevaron debido a las lluvias de los dos últimos años.
Son situaciones que tienen que ver con tejados caídos, medianerías y paredes en ruina o por la aparición de grietas que aumentan el deterioro de viviendas y solares. En muchos casos afectan a viviendas abandonadas por los propietarios, a veces sujetas a problemas de herencia y de las que nadie quiere hacerse cargo.
La situación del casco antiguo llevó el año pasado a la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento a reestructurar el área de Arquitectura con el fin de ampliar los grupos de trabajo encargados de dar respuesta a los expedientes en ruina pendientes de los años 2013 y 2014.
Y es que, según admitió el concejal de Urbanismo, Javier Márquez, por falta de personal había expedientes que “se estaban quedando parados”. Una situación que, en cualquier caso, sigue pendiente, en muchos casos sin poder dar respuesta a expedientes de ruina hace varios años.
Hay que recordar que el Ayuntamiento de Jaén anunció en la primavera pasada un plan de choque para atajar la degradación urbanística del casco antiguo. El último censo municipal elaborado al respecto hablaba de la existencia en el año 2008 de 221 casas en ruina (31 con expediente ya abierto), 103 solares y 68 calles en estado de abandono y sin edificar.
También desde la Federación de Asociaciones de Vecinos Objetivos Comunes (OCO) se viene reclamando al Ayuntamiento una intervención decidida en el casco antiguo de la ciudad.
Y mientras, desde el equipo de gobierno, el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, se congratulaba recientemente de la intervención municipal llevada a cabo por el Ayuntamiento en las calles Los Uribe, Juanito el Practicante, Almendros Aguilar y Molino de la Condes, “cumpliendo la palabra de este equipo de Gobierno del PP de intervenir en calles que representan una reivindicación histórica en el movimiento vecinal y que clamaban por su arreglo”.
Intervenciones, destacó el alcalde, que suponen “una nueva apuesta por el casco histórico de esta ciudad”. Fernández de Moya cuantificó la inversion para esas cuatro calles en 800.000 euros, “un extraordinario esfuerzo ante la situación de ruina municipal”, indicó. Y añadió: “Seguimos cumpliendo así nuestro compromiso adquirido con los vecinos del casco antiguo de Jaén, que vieron como el PSOE e IU nunca intervinieron”.