La Hermandad de la Defensión ha presentado estos días los detalles que rodearán el traslado del Santísimo Cristo a la Catedral con ocasión del Vía Crucis de las Hermandades. Se trata de un acto piadoso predestinado de antemano a ocupar un lugar en la historia de las cofradías. De entrada, la celebración del Año de la Fe ha llevado al Consejo Local de la Unión de Hermandades a adelantarlo del primer lunes de Cuaresma al sábado inmediatamente posterior al Miércoles de Ceniza, lo que justifica no poca controversia en aquellas corporaciones que celebran sus cultos este mismo día. Además, la Hermandad de la Defensión solicitó que su titular fuera trasladado a la Catedral sobre el paso del Santo Crucifijo de la Salud, un hecho que desde el punto de vista meramente estético no debe pasar desapercibido.
Si con ello no bastase, la cofradía con sede en la iglesia conventual de Capuchinos pretende trasladar a esta efeméride toda la solemnidad con la que rodea sus actos cultuales. Así, ya ha trascendido que el crucificado de Esteve Bonet será acompañado por el Coro de Capilla San Pedro Nolasco, integrado en esta ocasión por un trío de viento y un quinteto de voces que interpretarán un repertorio a base de canto gregoriano, salmos y motetes con polifonía barroca. Como novedad, se estrenará un motete cantado y armonizado sobre la base musical de la marcha Cristo de la Defensión.
La cruz de guía será precedida por muñidor y servidores, integrándose en el cortejo la bandera de la Compañía de María, el pendón castrense, el guión de la hermandad y el correspondiente cuerpo de acólitos. Tras el estandarte corporativo marcharán los hermanos fundadores de la cofradía, seguidos de los miembros del Consejo, la junta de gobierno, antiguos hermanos mayores y religiosos de la Orden Capuchina.
En la comitiva tomarán parte además un total de cuarenta acólitos. Precederán al crucificado doce acólitos ceriferarios, cuatro turiferarios y un acólito con cruz conventual. En el cortejo litúrgico -tras el paso- se integrarán catorce acólitos ceriferarios y un preste con capa pluvial.
El traslado se iniciará a las 17.30 horas del sábado 16 de febrero, habiéndose fijado a las 19.00 horas la llegada a la Catedral. La comitiva seguirá el siguiente itinerario: Convento de Capuchinos, Divina Pastora, Bulevar padre Francisco de Jerez, Sevilla, Mamelón (lado derecho), Alameda Marqués de Casa Domecq, Puerta de Sevilla, Rafael Rivero, Tornería, Santo Ángel, plaza Plateros, Padre Luis Bellido, plaza de la Asunción, José Luis Díez, plaza del Arroyo, Cruces, Rafael Bellido Caro, plaza de la Encarnación, Reducto Cardenal Bueno Monreal, Santa Iglesia Catedral.
Como es habitual, las naves del primer templo diocesano serán testigos de las meditaciones de las diferentes estaciones del Vía Crucis. Se estima que el Cristo de la Defensión abandonará la Catedral sobre las 20.00 horas. A partir de entonces se iniciará el regreso hacia la iglesia conventual de Capuchinos, tomando el cortejo por Reducto Cardenal Bueno Monreal, plaza de la Encarnación, Rafael Bellido Caro, Cruces, plaza del Arroyo (lado izquierdo), Barranco, Curtidores, plaza Peones, Carpintería Baja, Carmen, Sedería, plaza Plateros, plaza Santo Ángel, Tornería, plaza Rafael Rivero, Puerta de Sevilla, Porvera, Gaitán, San Juan Grande, Sevilla, Bulevar padre Francisco de Jerez y Divina Pastora.
La Hermandad de la Defensión ha preparado unas actividades previas a la celebración del Vía Crucis. Así, el próximo jueves 7 de febrero, a partir de las 20.30 horas, el licenciado en Liturgia por la Universidad Pontificia de San Dámaso, párroco de Santo Domingo de Guzmán de Bornos y arcipreste de Arcos, Luis Piñero Carrasco, ofrecerá la ponencia titulada Aspectos y fundamentos históricos del Vía Crucis y su evolución en la Iglesia universal.
El Santísimo Cristo de la Defensión será trasladado al paso del Santo Crucifijo de la Salud el sábado 9 de febrero, a las 21.00 horas, en un acto que tendrá como protagonista a la junta de gobierno de la hermandad establecida canónicamente en la iglesia parroquial de San Miguel, que será quien porte al crucificado.