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Jerez

De Fernando Terremoto a Juan Moneo ‘El Torta’

Tiempo y espacio habrá para analizar lo que fue la Fiesta de la Bulería en el Mamelón. Toca recuperar aquello que fue

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  • Fiesta de la Bulería 2014 -

Si anoche se homenajeaba a título póstumo a Juan Moneo, El Torta, en la celebración de la Fiesta de la Bulería que, para Jerez, alumbrase Juan Franco Martínez, Juan de la Plata, hace 33 años atrás se homenajeaba a Fernando Terremoto, que iba  estar sobre el escenario del coso taurino de la calle Circo, pero al que una hemorragia cerebral se lo había llevado para siempre seis días antes, después de haber actuado en Ronda. De Terremoto a Juan Moneo. De la plaza de toros al Mamelón. De lo que era una eclosión de gentío, de lo que era una cita a la que no se podía faltar en el adiós jerezano al verano a una iniciativa que intenta revitalizar un espectáculo que ha sido santo y seña y que ha ido languideciendo a través de los años.
Una plaza de toros donde no se cabía.Ni en las sillas sobre el albero ni en las gradas. Se metían las neveras y qué. Se vaciaban las medias botellas, se comía pescaíto frito, se llevaba jamón y el queso recién cortado en el almacén. Era una fiesta abajo y arriba del escenario. Una fiesta donde venían los mejores. Aún en el recuerdo aquella madrugada inolvidable donde a las 5, con el ambiente caldeado al máximo, compartieron escenario Lola Flores y La Paquera. El coso se vino abajo. La gente salió cantando. La Fiesta de la Bulería era todo un acontecimiento, que se ha ido perdiendo. El cante de Jerez, siempre por bulerías, se hacía presente un año y otro. Era el reencuentro después de las vacaciones, pero también era el culto a un flamenco que estaba tan vivo como ahora, pero que se vivía con otra intensidad quizá. No proliferaban tantas actuaciones como en estos días y eso hacía que la gente, la no habitual a los espectáculos, se encontrase ávida de escuchar el cante, de ver el baile y de apreciar el toque. El baile de Ana Parrilla, el cante de las sagas que en Jerez han sido de Santiago a San Miguel y de San Miguel a Santiago. Recuerdos para aquella noche en la que un jovencísimo Manuel Carpo, El Garbanzo, ya desgraciadamente ido, rompió la pana. Menese, Camarón, Mairena...
La Fiesta de la Bulería fue santo y seña de unos tiempos en los que la Fiesta de la Vendimia tenía un protagonismo especial. Fiesta de la Bulería, Verbena de la Prensa, la Feria de la Vendimia, la Cabalgata, la presencia de las bodegas con sus fiestas privadas en honor de aquellos a los que les vendía el vino, los toros y más allá en el tiempo, esos patios jerezanos que se han ido perdiendo y los concursos de escaparates con motivos alegóricos al vino que daba de beber y, sobre todo, de comer a tantas familias.
Y el flamenco como reclamo. La Fiesta de la Bulería merece encontrar ese sitio que siempre tuvo. Habrá que analizar a posteriori lo que sucedió anoche en el Mamelón, pero evidentemente lo que no puede borrar el tiempo es lo que un año y otro acaecía en una plaza de toros llena a reventar, con los mejores sobre el escenario, con mucha bulería, con mucho Jerez y mucha verdad. Diez mil personas o más en los años 70 y años 80, siete mil personas en los primeros compases del siglo XXI y la pérdida de imagen a partir de ahí, con unas presencias mínimas en los últimos años.
Jerez, que se ha reinventado para muchas cosas, tiene que reinventar una Fiesta de la que tiene que sentir orgulloso. Una fiesta donde hay que cantar por bulerías, el palo emblemático de esta cuna del cante, el baile y el toque. Ya lo avisó Juan de la Plata, el que inició desde la Cátedra aquellos cursos de verano de flamenco que hoy ponen el contrapunto al Festival de Jerez. En esa línea de reinventarse hay que estar para que otros no se lleven lo que nosotros tenemos.

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