La Diócesis de Asidonia-Jerez celebró ayer una de sus grandes solemnidades, la del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que tuvo como eje principal la eucaristía oficiada por monseñor Mazuelos en la Catedral y posterior procesión del Corpus Christi por las calles de la ciudad.
En la víspera, cientos de cofrades -fundamentalmente jóvenes- trabajaron para exornar algunas de las calles por las que debía transcurrir la procesión. Así, la plaza del Arenal, la calle Consistorio, el Gallo Azul o la calle Algarve amanecieron revestidas de coloristas alfombras de flores y sal. De igual modo, hermandades y organizaciones religiosas instalaron hasta ocho altares en distintos puntos del recorrido. En concreto, la Agrupación Parroquial de la Divina Pastora de San Dionisio instaló su altar en la plaza de la Asunción; mientras que la Hermandad de la Redención llevó una imagen de María Auxiliadora a la calle Consistorio.
La zona del Gallo Azul cobijó un altar instalado por la Hermandad de la Amargura; y la Hermandad de la Expiración trasladó a San Telmo a la plaza de la Yerba. La Hermandad de Loreto instaló por su parte un altar en la plaza Monti; algo que también hizo la Asociación de María Auxiliadora de Montealto entre la plaza del Arenal y la calle Lancería, con una imagen de San Juan Bosco que fuetrasladada en unas andas. La puerta del Cabildo Viejo fue el marco elegido por la Comunidad del Carmen para colocar un paso con una imagen de Santa Teresa. Por último, la Hermandad de la Cena trasladó hasta la plaza del Arenal a Santa María de la Paz y Concordia en sus misterios gloriosos.
La procesión comenzó tras una solemne eucaristía que comenzó a las siete de la tarde, integrándose en ella la práctica totalidad de hermandades de gloria y penitencia, así como congregaciones religiosas con presencia en la ciudad.
Tanto los altares como el desarrollo de la propia procesión se vieron en algunos momentos afectados por el fuerte viento de levante, hasta el punto de que algunos altares llegaron a retirar determinados enseres para evitar su caída.
La procesión de ayer será recordada por la ausencia de todo tipo de acompañamiento musical, algo que no se recuerda y que guarda relación con la suspensión temporal de la actividad de la Banda Municipal de Música de Jerez.