El buen tiempo ha acompañado el desarrollo de la tarde del Jueves Santo, antesala de la Madrugada del Viernes. A las cinco de la tarde se abrieron las puertas del Santuario de María Auxiliadora para que saliera la Hermandad de la Redención, que este año presentaba como principal novedad el dorado del frontal de la canastilla de su único paso.
La Hermandad de la Vera Cruz impregnó el entorno de San Juan de los Caballeros de aromas clásicos, destacando este año la supresión de la túnica verde y negra que caracterizaba a los nazarenos del cortejo de palio. De este modo, el amplio cuerpo de nazarenos de la cofradía ha vestido en esta ocasión el hábito de cola negro hasta ahora exclusivo del cortejo de misterio. El paso de palio ha estrenado además un juego de varales.
Desde la Basílica del Carmen partió la Hermandad de la Lanzada, que en esta ocasión tenía en la memoria al recordado Rodrigo Daza, desaparecido meses atrás.
La Hermandad del Huerto modificó su itinerario de ida hacia la Carrera Oficial, lo que le llevó a adentrarse por las calles Bizcocheros y Caracuel, un tramo de su recorrido en el que lució sobremanera.
Por último, la Hermandad del Mayor Dolor presentó en la calle el trabajo de restauración acometido en el manto de la Santísima Virgen, una obra de finales del siglo XIX que ha recobrado todo su esplendor.
