La incertidumbre meteorológica motivó que las seis cofradías de la tarde del Domingo de Ramos retrasaran en una hora su salida procesional. Los partes advertían de un sensible riesgo de precipitaciones hasta las seis de la tarde, si bien a partir de entonces las nubes debían empezar a disiparse. En base a ello, el Consejo local de la Unión de Hermandades anunció al filo de las tres una demora que facilitó en buena medida la decisión de echarse a la calle de la Hermandad de Pasión.
Y es que jornadas de incertidumbre meteorológica como la de ayer ponen a prueba los nervios de cualquier dirección de cofradía. Pero más aún cuando se trata de hermandades que llegan al centro desde la periferia y que por tanto deben permanecer muchas horas en la calle. Pasión es uno de esos casos. La cofradía, cuya sede se encuentra a medio camino entre Nueva Andalucía y el pago de San José, debía poner su cruz de guía en la calle al filo de las tres de la tarde. Por delante, casi diez horas de exposición a los designios de una meteorología entonces todavía inestable. La posibilidad de retrasar esa salida hasta las cuatro y diez de la tarde solventaba en buena medida la papeleta con la que se había encontrado la cofradía.
Jugaba en todo caso la hermandad con la ventaja de contar con una cuadrilla experta -comandada por Ezequiel Simancas- y capaz de ganar metros en las amplias avenidas del primer tramo de su itinerario. Así fue como la cofradía buscó el centro, acompañado el único paso por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de las Mercedes, de la población sevillana de El Viso del Alcor. El grupo escultórico que plasma el pasaje evangélico de las negaciones de Pedro incorporó la imagen de Malco, realizada al igual que el resto por Antonio Jesús Dubé Herdugo.
Menos compleja se antojaba la decisión de las juntas de gobierno del resto de cofradías, con recorridos más cortos. Y menos dudas existieron aún cuando se decidió ese retraso general de la tarde del Domingo de Ramos. Poco antes de las seis de la tarde se abrían las puertas de la ermita de Guía para que iniciara su salida la Hermandad del Perdón, cuyo paso de misterio estrenaba ayer un juego de candelabros de guardabrisas realizado por el tallista onubense Álvaro Berrocal, con orfebrerías del jerezano Ildefonso Oñate. Además, la cofradía ha culminado la talla de esas andas, incorporando imaginería de Lourdes Hernández en los respiraderos.
La Banda de Cornetas y Tambores de la Merced de Huelva interpretó Réquiem en memoria de los hermanos difuntos a la salida del crucificado. Merece la pena destacar el toque clásico de esta formación musical onubense.
María Santísima del Perpetuo Socorro fue saludada por la Banda de Música Virgen del Castillo de Lebrija, que un año más interpretó Amarguras en recuerdo de la antigua advocación que recibía esta imagen cuya autoría se ha atribuido recientemente al sacerdote jerezano Diego Manuel Felices de Molina. La Hermandad del Perdón prescindió este año del callejeo por Barranco, Peones, Carpintería Baja y Carmen para buscar la Tornería por José Luis Díez y plaza Plateros.
La salida a la calle de la Hermandad de la Borriquita constituye de algún modo el momento culminante de cualquier Domingo de Ramos, por cuanto va íntimamente ligada a cualquier evocación que pueda hacerse de la llegada de la Semana Santa. Por mucho que el empedrado conviva desde el Jueves de Pasión con las pisadas de nazarenos, músicos y costaleros, la Hermandad de la Borriquita aporta un componente de ilusión que carece de paralelo alguno.
La collación de San Marcos se reencontró con la cruz de guía de los hermanos Buzón a las cinco de la tarde. La Borriquita presenta uno de los cortejos nazarenos más nutridos de la Semana Santa, sobre todo en los primeros tramos de su itinerario, cuando la ilusión infantil no se ha dado todavía de bruces con el cansancio. Las palmas, el tintineo constante de pequeñas campanas y el reparto de caramelos y estampas al pie de los naranjos de San Marcos constituye posiblemente uno de los momentos más entrañables de toda la semana.
Tras esa ilusión infantil camina Cristo Rey, que preside un paso al que la cofradía ha dado la vuelta como a un calcetín en el último cuarto de siglo. Ayer, el conjunto incorporaba una nueva imagen de Fernando Aguado, un hombre hebreo cobijado a la sombra de una palmera que imprime carácter al conjunto.
La Banda de Cornetas y Tambores del Cautivo de Málaga acompasó el elegante caminar de la cuadrilla de costaleros que dirige Martín Gómez Moreno.
Detrás de todo ello el peso del instituto lasaliano en Jerez encarnado en la Virgen de la Estrella, faro de generaciones completas de alumnos de los centros educativos de la congregación instaurada por San Juan Bautista de la Salle. Manuel Serrano Navarro es el capataz de un paso de palio que disfrutó un año más del escogido repertorio que le ofrece la Banda Municipal de Música de Rota. La Borriquita dejó atrás San José a las seis de la tarde, recuperando de algún modo el horario que le fue característico durante tantos años.
La Hermandad del Transporte vive de unos años a esta parte un periodo de indudable esplendor, una suerte de resurgir que puede casi tocarse en la calle. La cofradía con sede en la basílica de la Merced partió de su templo pasadas ya las cinco de la tarde. Es un año especial, ya que se conmemora el octavo centenario de la institución de la orden mercedaria, con presencia histórica más que notable en la ciudad. La cofradía ha introducido en los últimos años pequeñas modificaciones en su paso de misterio. El último cambio la ha llevado a sustituir las cuatro cabezas de los evangelistas que lucían las esquinas de la canastilla por unas cartelas. De igual modo se han incorporado imágenes de santos mercedarios y se han pasado a orfebrería cartelas ya existentes. El paso mantiene sus líneas clásicas de siempre, pero parece ahora mejor rematado.
La Coronación y Las Angustias partieron de sus respectivos templos a las siete y las ocho de la tarde, respectivamente, un horario que ayer recordó tiempos pasados. Tomás Sampalo e Isaac Núñez ejercieron como capataces de los pasos de la cofradía del barrio de La Albarizuela, que contó con los acompañamientos de la Banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Los Palacios y la Banda de Música de Villalba del Alcor, respectivamente. Tampoco hubo novedades significativas en Las Angustias, cuyo paso fue mandado por los hermanos Bernal y precedido por las voces blancas de su escolanía. Eso sí, la cofradía estrenó el tramo peatonal de la plaza que lleva el nombre de la dolorosa que alumbró el Domingo de Ramos jerezano, va a hacer ya de esto trescientos años.