Pero el Algeciras, sumido en una crisis de resultados a consecuencias de las numerosas bajas y de su falta de adaptación a la categoría, superó con orgullo el varapalo del primer tiempo y logró con tres goles consecutivos meterle miedo a la Balona. Al final, los de Vílchez sentenciaron con un penalti transformado por Copi y escribieron unas de las goleadas más históricas de los derbis.
El inicio del encuentro fue de cierto dominio algecirista pero sin acercarse mucho al área blanquinegra; como ocurrió prácticamente luego a lo largo de todo el primer tiempo. Con el paso de los primeros minutos, la Balona fue haciendo dueño poco a poco del centro del campo y en la primera ocasión que tuvo marcó. En el minuto 12, un saque de falta de Nacho al corazón del área lo remató de cabeza Jhony adelantandose a toda la defensa albirroja. Sin apenas tiempo de reacción, llegó el segundo tanto balono en un fallo garrafal defensivo entre Félix y Mena, que perdieron el balón al borde del área. Ocasión que aprovechó Biri para marcar de disparo raso, casi a puerta vacía, ante un descolocado Félix.
Con dos goles en contra, el Algeciras fue ya un manojo de nervios, sin control ninguno, y la Balona no se conformó con el resultado y buscó el tercero, que pudo llegar ya en el minuto 19 con un disparo de Nacho que se fue fuera. El Algeciras, que intentó jugar el balón, solamente se acercó en el minuto 21 con un disparo de Venegas que pegó en un defensa y se fue a córner. Y en el minuto 27 la Balona sentenció momentáneamente el partido con un gol del algecireño Copi que celebró el tanto como si hubiera ganado la Copa de Europa. Un certero centro de Nacho permitió a Copi dejar retratado a Félix en su salida al adelantarse y golpear también de cabeza a la red.
El Algeciras se recompuso un poco y un centro de Roberto obligó a Zamora a despejar de puños; luego el cancerbero balono también desbarató un mano a mano ante George. Y del posible tres a uno se pasó al cuatro cero en apenas unos minutos. Un centro de Thompson fue recogido en el segundo palo por Nacho que le dio el pase de la muerte a Guerra que sentenció de tiro cruzado. Al vestuario se fueron todos con el partido supuestamente finiquitado. La Balona fue un huracán ante un blandengue Algeciras.
Reacción albirroja
Pero fútbol es fútbol y en un partido siempre puede pasar cualquier cosa. Y pasó porque el choque cambió de forma radical tras la vuelta de los vestuarios. El Algeciras comprendió que estaba jugando un derbi y volvió al terreno de juego con ganas de reivindicarse. Y a los diez minutos marcó ya dos goles de falta directa, obras de Víctor García.
La reacción algecireña, encabezada por Javi Chico que adelantó su posición, fue aumentada por el ariete gibraltareño George que en el minuto 65 volvió a acortar distancias con un certero remate, en un contragolpe. Cuatro a tres y todo un mundo de partido aún por delante.
Cuando el Algeciras estaba mejor plantado en el campo y estaba realmente cerca de cumplir una remontada de ensueño llegó el penalti a favor de la Balona. Thompson, en una contra, cayó en el área ante Garro y el colegiado sevillano pitó la pena máxima. Penalti que transformó el algecireño Copi que de camino aumentó más su venganza personal contra el equipo albirrojo.
El gol de Copi dejó ya, ahora sí, prácticamente sentenciado el partido y la Balona ante el delirio de su afición redondeó aún más el resultado con un gol del recién entrado en el campo Paquito.
Al final, demasiados goles para las defensas de uno y otro equipo, pero que retratan muy bien como es el inicio de liga de cada uno de los dos enconados rivales. Un derbi lleno de fútbol y espectáculo.
