La espera ha sido larga, pero ha merecido la pena. Tras varios meses en Sevilla y unos cuatro años desde que se planteó, la virgen de la Amargura está por fin restaurada en su casa, en la ermita de Zamarrilla. Y lo hace justo a tiempo, a un mes de que comience la Semana Santa, para poder lucirse con una imagen renovada en las calles el Jueves Santo.
Todo el proceso arrancó hace unos cuatro años, “cuando la anterior junta que dirigía la Hermandad inició los trámites de pedir presupuesto”, ha recordado su hermano mayor, Salvador Valderrama.
Pasó un tiempo y cuando se quiso retomar el proyecto, a los “15 días” llegó es
Estado de Alarma y la pandemia alargó la espera, porque “tuvimos que pararlo todo”.
Más de un año después y con una mejor situación sanitaria, en
septiembre de 2021, la malagueña virgen de la Amargura viajó a las dependencias de la Isla de la Cartuja, donde el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) realizó un estudio técnico y análisis. Tras esto, la titular de la hermandad de Zamarrilla regresó a Málaga, para marcharse de nuevo en
diciembre al IAPH para su restauración. Allí permaneció hasta el 7 de febrero, “fecha en la que se hizo el levantamiento de la imagen” en la capital hispalense y su regreso definitivo a casa.
“La valoración es la máxima”. Estas fueron las palabras de Valderrama durante la presentación de la restauración el pasado jueves 10 de marzo.
Restauración
En primer lugar se realizó una desinsectación por medio de atmósfera controlada y cerrada de gas nitrógeno. Debido a “no tener un estado de deterioro muy pronunciado”, cinco personas han trabajado codo con codo con el objetivo principal de lograr la consolidación de la estructura, de los estratos polícromos y la limpieza de la policromía de la imagen, “con unos equipamientos técnicos punteros”, ha puntualizado el secretario general de Patrimonio Cultural de la Junta de Andalucía, Juan Cristóbal Jurado.
La parte
más delicada de la restauración ha sido la
pintura de manos y cara, “para no alterar el aspecto al que los devotos están acostumbrados”.
“Perfección es como hoy podemos admirar a la virgen de la Amargura con sus tonalidades originales, en relación con las intervenciones que tuvo la imagen en el siglo XX”, dicho el secretario poniendo el cierre con esta valoración.
La imagen de la virgen de la Amargura, una dolorosa de madera policromada del
siglo XIX, es atribuida a Antonio Gutiérrez de León y Martínez, perteneciente a la saga de imagineros de los Gutiérrez de León, que desarrolló su actividad en Málaga desde finales del XVIII y durante todo el siglo XIX.
La primitiva imagen de esta virgen
había sido destruida en 1931 y la hermandad adquiere en 1934 en Álora una bajo la advocación de la Virgen del Amparo. Tiene un notable interés artístico, histórico y etnológico, además de un significativo aprecio social.
Están documentadas dos actuaciones realizadas por Francisco Palma Burgos en los años 1964 y 1985.
Para esta última restauración, la Hermandad de Zamarrilla ha desembolsado unos
16.000 euros, para conservar y ver más bonita que nunca a su virgen de la Amargura.