El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha bromeado durante el posado que ha realizado en Bagdad junto con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, al que le ha indicado que su antecesora en el cargo, Hillary Clinton, le dijo que Irak "hará todo lo que yo diga".
"La secretaria me dijo que vais a hacer todo lo que yo diga", ha afirmado Kerry dirigiéndose a Al Maliki en tono de broma. El dirigente iraquí se lo ha tomado con humor y le ha respondido "No lo vamos a hacer", según han relatado los periodistas presentes.
Kerry ha llegado este domingo a Bagdad en visita sorpresa, un viaje en el que aprovechará para pedir a las autoridades iraquíes que prohíban los vuelos iraníes con destino a Siria sobre su territorio para evitar que la República Islámica entregue armas al régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, inmerso en una guerra civil tras la sublevación de grupos insurgentes.
"Cualquier cosa que ayude al presidente Al Assad es problemática. He dejado muy claro al primer ministro que los sobrevuelos de Irán (...) están en la práctica ayudando a sostener al presidente Al Assad y a su régimen", ha denunciado Kerry en declaraciones a la prensa tras su reunión con Al Maliki.
Según fuentes estadounidenses, Irak sólo ha inspeccionado dos vuelos desde el mes de julio, por lo que Kerry habría planteado a Al Maliki que Irak no participará en las negociaciones sobre el futuro de Siria a menos que haga algo para detener el tráfico de armas hacia Siria.
Sin embargo, Bagdad niega haber permitido el envío de armas desde Irán a Siria a través de su espacio aéreo. "Hemos hecho nuestro trabajo y hemos inspeccionado varios vuelos iraníes aleatorios sin encontrar armas de contrabando", ha argumentado un diputado de la comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí, Abbas al Bayati. "Si Estados Unidos quiere que hagamos más, tienen que darnos la información que tienen al respecto", ha añadido.
Kerry habría solicitado por otra parte a Al Maliki que reconsidere la decisión de aplazar las elecciones regionales en las provincias de Anbar y Nínive, ambas de mayoría suní. El Gobierno central aprobó la semana pasada aplazar seis meses la votación, prevista para el 20 de abril, debido a las amenazas contra los trabajadores que preparaban los comicios. Sin embargo, Washington cree que la suspensión sólo servirá para incrementar aún más las tensiones.
Durante su visita, el jefe de la Diplomacia estadounidense se reunirá también con el presidente del Parlamento, el suní Usama al Nuyaifi, y mantendrá una conversación telefónica con el presidente de la región autónoma del Kurdistán, Masud Barzani.