La oposición de izquierda ganó hoy las elecciones suecas con el 44,8 por ciento de los votos frente al 39,7 por ciento de la Alianza de centroderecha del primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, según un sondeo a pie de urna del canal público SVT.
De acuerdo con esta encuesta, difundida al cierre de los colegios electorales a las 18 horas GMT, el Partido Socialdemócrata fue el más votado con el 31,1 por ciento, seguido por el Partido Moderado (conservador) con el 22,2 por ciento.
El ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) se convertiría en la tercera fuerza con el 10,5% de los votos, según este pronóstico, que coloca a Iniciativa Feminista, próximo al bloque de izquierda, justo en el límite del 4%, porcentaje mínimo para entrar en el Parlamento.
Otra encuesta a pie de urna, difundida por el canal privado TV4 un cuarto de hora antes del cierre de los colegios, redujo la victoria del bloque opositor a un solo punto porcentual, 44% frente al 43%, otorgando además una menor subida a la ultraderecha.
De confirmarse el triunfo de la izquierda que apuntan los sondeos, el socialdemócrata Stefan Löfven recibiría el encargo de formar gobierno en los próximos días, si Reinfeldt mantiene su promesa de dimitir en caso de que la oposición sacase más votos para minimizar la influencia de SD, al que el resto de partidos boicotea.
En ningún sondeo la suma de los votos de socialdemócratas y ecologistas, señalados como su "aliado natural" por Löfven en la campaña, supera a la de los de la Alianza, en el poder desde 2006, por lo que sería necesario recurrir al Partido de la Izquierda, aunque Iniciativa Feminista podría jugar también un papel decisivo.
La campaña electoral ha estado marcada por temas como el empleo, la gestión privada de los servicios públicos, la sanidad, la educación y la inmigración.
La Alianza ha apelado a la continuidad y a las buenas cifras macroeconómicas, además de incidir en la falta de unidad de la oposición, mientras que ésta ha atacado al gobierno por el aumento del paro, las rebajas fiscales y los recortes sociales, aunque sólo defiende pequeñas modificaciones de esa política.
Demócratas de Suecia, surgido hace dos décadas de un grupo neonazi, sería otro de los grandes triunfadores de los comicios, ya que aspiraba a convertirse en la tercera fuerza y a potenciar su papel de "bisagra", aunque el vacío que le hace el resto de grupos limita su capacidad de influencia.