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UE calibra un nuevo impulso a su política antiterrorista tras los ataques en Francia

La amenaza a la seguridad que plantean las actividades de individuos y grupos relacionados con el radicalismo islámico ha hecho que los Veintiocho busquen intensificar la coordinación

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La Unión Europea (UE) quiere impulsar su programa de lucha antiterrorista, que ya lleva un año sobre la mesa sin grandes avances, y que se ha revelado como prioritario tras los atentados de París y la operación antiterrorista de Bélgica esta semana.

La amenaza a la seguridad que plantean las actividades de individuos y grupos relacionados con el radicalismo islámico ha hecho que los Veintiocho busquen intensificar la coordinación y los operativos policiales que han llevado a varias detenciones en diferentes países.

Tras conocerse la amplitud del operativo que Bélgica realizó en varias ciudades del país y que se cerró el viernes con 13 detenciones e incautaciones de numerosas armas y explosivos, el primer ministro, Charles Michel, se refirió a la necesidad de que se adopten medidas contra el terrorismo a nivel europeo.

Michel pidió que la reunión informal de Jefes de Estado y de Gobierno prevista para el 12 y 13 de febrero se convierta en una "cumbre formal", de manera que los Veintiocho puedan avanzar en la adopción de medidas contra el terrorismo y el radicalismo, ya que el formato previsto no permite esas decisiones y es más bien un intercambio de ideas.

España, Francia y Alemania, por su parte, ya han anunciado que trabajan en el refuerzo de sus medidas de seguridad y de lucha contra el terrorismo yihadista, una competencia principalmente nacional, por lo que a nivel UE las eventuales medidas adoptables se centran en el intercambio de información entre países y el refuerzo de los controles en las fronteras exteriores.

"Es importante que la voluntad política se cristalice de manera que podamos reaccionar más rápido y con más fuerza", dijo esta semana el coordinador antiterrorista de la UE, el belga Gilles De Kerchove, al tiempo que aseguró que la reunión de ministros del Interior celebrada en París el pasado domingo tras los ataques fue un paso importante en esta dirección.

Los Veintiocho trabajan desde hace tiempo sobre diversas medidas conjuntas como prevenir la radicalización, mejorar la coordinación con países de origen y tránsito de los yihadistas o luchar contra la propaganda extremista en internet.

En la práctica, los avances no han sido rápidos y medidas como la creación de un registro común de datos de pasajeros (PNR, por sus siglas en inglés) siguen estancadas.

"La cooperación antiterrorista entre los Estados miembros de la UE es vital y seguiría adelante con independencia de la existencia de la UE", dijo hoy a Efe Christopher Howarth, analista político para el centro de estudios británico Open Europe.

Agregó que la UE "tiene, sin embargo, un papel que desempeñar, en particular en la puesta en marcha de un procedimiento para compartir datos de pasajeros (PNR)", pues ello permitiría seguir la pista a terroristas potenciales sin menoscabar las salvaguardas existentes para proteger los datos personales de los pasajeros.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ha instado expresamente al Parlamento Europeo (PE) a que agilice la aprobación del PNR -bloqueada desde abril de 2014-, ha decidido además dedicar esa reunión informal del próximo 12 de febrero a la respuesta de la UE frente a las amenazas terroristas.

Antes de ese encuentro, los ministros europeos de Exteriores, el 19 de enero en Bruselas, y los de Interior y Justicia, los días 29 y 30 de enero en Riga, prepararán el terreno para la discusión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y valorarán si deben presentarse nuevas propuestas en materia antiterrorista.

El acuerdo Schengen, el área de libre circulación de ciudadanos que comparten 22 de los 28 Estados miembros de la UE y con ausencias marcadas como la de Reino Unido, establece que los países de este espacio deben verificar los documentos de viaje de todas las personas, sin importar su nacionalidad, que crucen las fronteras exteriores.

Dentro del espacio Schengen, al que también pertenecen Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein, los controles deben ser no sistemáticos, es decir, solo cuando se sospeche que una persona representa una amenaza para la seguridad interna de un Estado miembro.

También existe la posibilidad de reintroducir controles nacionales con carácter temporal cuando un país detecte una seria amenaza pública o de seguridad interna.

La CE dijo esta semana estar dispuesta a considerar una modificación de las reglas Schengen, pero recalcó que antes de dar ese paso hay que aprovechar al máximo todas las posibilidades que ya ofrecen las reglas actuales.

Tras los atentados de Francia, la CE indicó que presentará en primavera su nueva estrategia de seguridad y que se centrará precisamente en reforzar la cooperación entre Estados miembros y el intercambio de información.

Por su parte, Europol, que sitúa la cifra de europeos que se han sumado a las filas yihadistas en países como Siria entre 3.000 y 5.000, dice estar preocupada por el vínculo con organizaciones criminales que facilitan su financiación, el blanqueo de dinero, y el tráfico y falsificación de pasaportes.

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