Según informó ayer la Policía, los tratamientos consistían en inyectar silicona líquida y ácido hialurónico en pómulos, labios y otras partes del rostro.
Otras dos personas han sido arrestadas en la misma operación: una por facilitar anestesia que previamente había sustraído en un hospital de Madrid donde trabaja como auxiliar de enfermería en urgencias pediátricas, y la segunda por realizar labores de intermediación y captación de clientes.
La Policía ha explicado que la investigación se inició a principios del pasado mes de mayo, cuando los agentes recibieron informaciones sobre una mujer que presuntamente se dedicaba a realizar tratamientos de estética en peluquerías, centros de estética y domicilios, careciendo de titulación y autorización.
Los agentes descubrieron que la investigada iba a realizar tratamientos de estética a varias mujeres en un piso de la localidad de Alcobendas (Madrid).
Fue entonces cuando se descubrió que la anestesia que se pretendía utilizar en las intervenciones procedía de un centro hospitalario de Madrid de donde, al parecer, era sustraída por una auxiliar de enfermería de urgencias pediátricas que fue identificada.
Asimismo, se localizó a una tercera persona que actuaba como mediadora entre ambas y como captadora de clientes.
En los registros practicados se han intervenido envases con silicona líquida, viales de lidocaína y mepivacaína (empleados como anestésicos locales) y una importante cantidad de sustancias usadas en tratamientos anticelulíticos.
Los agentes han confirmado que gran parte de los productos intervenidos, incluidos los anestésicos, estaban caducados.
La nota policial precisa que este tipo de tratamientos deben ser realizados por un médico y requieren además de autorización por parte del organismo competente de la comunidad autónoma donde se lleven a cabo. Además, deben ser realizados en lugares que garanticen la salud del paciente.
La operación ha sido realizada por el Grupo de Consumo y Medio Ambiente de la UDEV de la Comisaría General de la Policía Judicial.