En el medio día que estuvo en Madrid, Chávez se reunió con Don Juan Carlos, con Zapatero y con el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, con quien analizó el hallazgo en aguas venezolanas de un ingente yacimiento de gas que la petrolera explotará con la estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La breve estancia de Chávez, cierre de una gira por Europa, África y Asia, también estuvo marcada por su inesperada visita a una céntrica librería de Madrid, en la que decenas de personas le insultaron.
Después de su última visita a España en julio de 2008, con la que se zanjó la crisis por el comentario del Rey de “por qué no te callas”, Chávez llegó a Madrid desde Moscú en la madrugada anterior, donde se alojó en un hotel de lujo.
Chávez definió su escala como una “parada de trabajo y afecto” para reunirse con sus “amigos” Don Juan Carlos y Zapatero y afianzar una relación “en condición de igualdad y sin hacerle caso a los pregoneros de la mentira que andan por todos los lados”.
Su cita con Zapatero se prolongó durante 45 minutos, en los que hconstataron el “buen estado” de la relación bilateral, en especial, en el plano económico.
Según el mandatario bolivariano, los 8.000 millones de euros de negocio de las empresas españolas es una “cifra muy importante” que hay que “cuidarla”.
Desde el Palacio de la Moncloa, se desplazó al Palacio de la Zarzuela, donde saludó a Don Juan Carlos comentando de forma distendida su nuevo aspecto.
“Se ha dejado barba, como Fidel”, le dijo Chávez, a lo que el Rey le contestó: “Para cambiar un poco el look”.
Ambos jefes de Estado se dieron sonrientes un fuerte apretón de manos sin hacer ninguna mención al incidente de la Cumbre Iberoamericana de Chile en noviembre de 2007, como sí ocurriera en la anterior audiencia en Palma de Mallorca el pasado año.
Chávez se trasladó a continuación a una librería de la Gran Vía de Madrid para encontrarse con el presidente de Repsol YPF, conceder algunas entrevistas y comprar libros.
A su llegada, se encontró con decenas de ciudadanos que le han proferido insultos –“Fuera Chávez”, “Dictador”, “Sinvergüenza” y “Amigo de Ahmadineyad”–, frente a los gritos de apoyo de un grupo más reducido.
Las fuertes medidas de seguridad evitaron que el alboroto desembocara en incidentes.
Después de hora y media, el presidente venezolano salió de la librería y se puso al volante de uno de los coches de su comitiva, con Brufau de copiloto.
Poco después de su reunión, se ha conocido el anuncio de que Repsol YPF ultima el cálculo de las reservas de un importante yacimiento de gas en el golfo de Venezuela, que podría alcanzar entre siete y ocho trillones de pies cúbicos –alrededor de 1.300 millones de barriles–.
El negocio de la petrolera en Venezuela dio un salto cualitativo el pasado mes de julio con la firma en Caracas de un contrato de suministro de crudo de un millón de barriles para ser refinado en España.
Estas operaciones se enmarcan en el acuerdo de cooperación energética entre ambos países sellado hace un año.
Chávez habló con Zapatero de la situación en Sudamérica, tensada por el golpe militar en Honduras y la decisión de Venezuela de congelar las relaciones diplomáticas con Colombia por permitir que Estados Unidos opere en bases situadas en su territorio.
José Luis Rodríguez Zapatero le ofreció su disposición a facilitar el diálogo entre Venezuela y Colombia.