Indonesia ha alcanzado un récord mundial de casos diarios, con 54.000, y se ha convertido en uno de los principales focos de la pandemia en Asia
Indonesia ha alcanzado un récord mundial de casos diarios, con 54.000, y se ha convertido en uno de los principales focos de la pandemia en Asia debido en gran parte a la nueva variante delta de la covid-19.
Las autoridades informaron el viernes de 54.000 nuevos casos, superior a los 45.000 registrados en Brasil, los 40.529 en Estados Unidos o los 38.112 en la India, y 1.205 nuevas muertes debidos al nuevo coronavirus.
Sin embargo, la incidencia de contagios por millón de habitantes en Indonesia, con 169, es similar a Tailandia (131) y menor que en países como Malasia (333), Argentina (346) o España (498).
Desde el inicio de la pandemia, el archipiélago indonesio, de 270 millones de habitantes, acumula 2,78 millones de contagios y 71.397 fallecimientos.
El gran aumento de casos desde el mes pasado ha provocado la escasez de oxígeno para los pacientes más graves, principalmente en la superpoblada isla de Java, así como el desbordamiento en los hospitales.
El pasado 3 de julio, las autoridades impusieron restricciones al movimiento y el cierre temporal de escuelas, parques, centros comerciales y restaurantes, entre otros.
Desde el inicio de la pandemia, Indonesia se ha resistido a imponer un confinamiento estricto para no dañar más a la economía.
Como gran parte de Asia, Indonesia sufre un proceso lento de vacunación y hasta el momento ha inoculado con la pauta completa a unos 15,9 millones de personas, lo que supone el 5,8 % de la población total.
La nueva ola de la covid-19 también está causando estragos en otros países de la región, en gran parte debido a la nueva variante delta, más contagiosa e identificada originariamente en la India.
En Tailandia, las autoridades anunciaron este sábado un récord de 10.082 contagios y 141 muertes por la covid-19 en medio de una grave ola, que amenaza los planes de eliminar la cuarentena obligatoria a los viajeros vacunados a partir de octubre.
Tras imponer un toque de queda nocturno y otras restricciones desde el pasado lunes, el Gobierno sopesa endurecer las medidas en el país ante el imparable aumento de los contagios, que está causando una gran presión en el sistema sanitario.
En Birmania, la falta de oxígeno y la saturación de los hospitales por la pandemia se suman a la desconfianza de la población hacia la junta militar que tomó el poder tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero.