A partir del próximo miércoles, 234.000 habitantes habitantes del área metropolitana de la Bahía de Cádiz dispondrán de una parada del Tranbahía para poder desplazarse entre Chiclana, San Fernando y Cádiz. Si bien han pasado más de 15 años desde el inicio de las obras, la puesta en marcha del servicio prevé hasta tres millones de usuarios anuales a partir del tercer año completo de explotación comercial a unos precios que oscilan entre los 0,89 y los 2,80 euros. “Estos gaditanos pueden ir hasta Sevilla en tren, además, sin que le cueste dinero”, gracias a los billetes bonificados por el Gobierno de España, apunta Antonio Salcedo, portavoz de la Asociación de Profesionales para los Retos del Tercer Milenio (Apytermi)”, pero, sin embargo, un residente de Trebujena no tiene manera de llegar a Sanlúcar por medio del transporte público o desplazarse desde Chipiona a Sevilla para trabajar. “La desigualdad es total”, lamenta.
Este último caso es el de Juan Antonio Ruiz Giraldo y su mujer, quienes tienen sus empleos en Lebrija y precisan del vehículo privado como única opción para acudir a sus puestos de trabajo. Ruiz Giraldo consideró que, tras la pandemia y la lluvia de millones de euros de la Unión Europea a través de los fondos Next Generation, se habría una muy buena oportunidad para impulsar una iniciativa para mejorar las conexiones de la Costa Noroeste por medio de un transporte público sostenible.
De la mano de Ecologistas en Acción, comenzó entonces a buscar apoyos entre los colectivos de la comarca y en marzo de este año se constituyó la Plataforma por el Tren de la Costa Noroeste de Cádiz que aglutina ya a unas 40 organizaciones y ha logrado que los ayuntamientos de los municipios afectados, más Puerto Real, y esta semana por unanimidad la Diputación, insten a la Junta de Andalucía, ADIF y al Gobierno a dedicar los recursos necesarios para comunicar a esta comarca con la red básica ferroviaria estatal, tanto con el aeropuerto de Jerez como con Lebrija.
El documento elaborado por Pablo J. Medina para la plataforma, plantea tres alternativas. La primera de ellas, una propuesta clásica, parecida en el trazado al del desaparecido en 1984 Tren de la Costa, no cerraría el anillo, al finalizar en Trebujena tras cubrir 85 kilómetros, y aumentaría, además, los costes del tren de mercancías, que también haría uso de la vía.
La segunda opción, con 75 kilómetros, es la ruta Rota-Lebrija, similar a la anterior pero conectando por el norte (Trebujena) en lugar de por el sur (Rota), que tampoco completa el circuito, al no contemplar la construcción de infraestructura ferroviaria entre El Puerto y Rota. La ventaja es que reduce las interferencias con la Base Naval.
Finalmente, el estudio de Medina dibuja una ruta circular, con 100 kilómetros, que conecta a la totalidad de los municipios con la Red Básica Ferroviaria Española. No obstante, el autor del documento admite que los costes pueden malograr el proyecto, dado que solo en costes de ejecución material de vía e instalaciones conllevaría una inversión de entre 260 y 330 millones de euros, a los que habría de sumar al menos 14 millones o hasta 21, para la construcción de estaciones para pasajeros y entre 15 y 20 millones para mercancías.
Apytermi también ha analizado el montante que exigiría acometer una obra de esta envergadura. En el Estudio sobre la situación de las comunicaciones del transporte público en la comarca de la Costa Noroeste de Cádiz, su autor, el técnico en Administración y Dirección de Empresas, Juan José Ahumada, cifra en términos orientativos, “no como dato completamente fidedigno”, en un mínimo de 410 millones y un máximo de 510 la financiación necesaria solo para construir 130 kilómetros de vía entre Rota y Lebrija, que tendría que salvar diferentes escollos.
Entre ellos indica que el tren pasaría cruzando la autovía A.-2000 saliendo de Trebujena, en cuya localidad, como en Sanlúcar, habría dificultad para ubicar la estación cerca del núcleo urbano, la instalación de la vía junto a la A-480, en dirección a Chipiona o el cruce por la A-491, entre Costa Ballena y Rota, que obligaría a hacer un túnel subterráneo.
Pero el objetivo merece el esfuerzo. El estudio de Ahumada remarca la nula conectividad entre Trebujena y Sanlúcar con Rota, la debilidad de las comunicaciones de Sanlúcar con Costa Ballena, de Chipiona a Rota, y los escasos horarios del autobús que tiene Rota en sus líneas que perjudican seriamente a los más de 123.000 habitantes de la comarca, su pujante sector agrícola y, también, a la actividad turística, especialmente en verano, que multiplica la población de estas localidades hasta por diez en el caso de Chipiona.
