- ¿Qué significa para ti el 8M?
El reconocimiento de la mujer.
- ¿Crees que es importante que exista este día?
Sí.
- ¿Y es necesario?
Es muy necesario. Pero como se están poniendo las cosas este día no está recibiendo todo el reconocimiento que debería tener. Hay personas, sobre todo las de 19 años que se lo toman en serio y van a las manifestaciones; pero en mi clase es horrible, porque hay muchísimo machismo entre los niños.
- ¿A qué crees tú que se debe esa situación?
A su educación, pero a la que reciben en sus casas; porque en los colegios e institutos estamos muy informados. Yo veo cómo los profesores explican cosas que para ellos son tonterías y no se lo toman en serio.
Estas son las respuestas con relación al 8M de una niña de 13 años que cursa 2º de Secundaria.
Hace más de 100 años que las mujeres salieron a la calle de forma organizada para luchar por sus derechos y libertades. Mujeres obreras, en su mayoría socialistas, lideraron los primeros movimientos reivindicativos que fueron el germen del Día Internacional de la Mujer.
Más de 100 años después seguimos luchando por ser ciudadanas de pleno derecho. Pero la lucha no es nuestra, es de toda la sociedad y sin esa otra mitad no podemos hacerlo. Pues, frente a quienes quieren manipular y confundir para menospreciar el movimiento feminista, conviene recordar que el feminismo es el principio de igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
Entrados ya en el siglo XXI mucho se ha conseguido, pero es más lo que queda por conseguir y numerosos y renovados los obstáculos y retos que enfrentamos. En nuestra sociedad occidental, con acceso a los medios de comunicación y las redes sociales, con educación y formación, con libertad de expresión, en una democracia consolidada, se suceden situaciones como la que se describe al inicio del texto: chicos con afirmaciones machistas que cuando les hablan de igualdad, de feminismo, de la mujer, hacen oídos sordos porque no les interesa, y chicas que consideran que la base es la educación, pero la educación que se imparte en casa.
Ante ello me pregunto: ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué deberíamos hacer? ¿Por qué estos niños se sienten ajenos al feminismo? ¿Qué les estamos enseñando en casa? Son algunas de las cuestiones que deberíamos pensar y reflexionar si, tras años de lucha y sufrimiento, en una clase de Secundaria la mayoría del alumnado masculino opta por repetir y perpetuar los mismos roles que han contribuido al sostenimiento del sistema patriarcal que relega a la mujer a un segundo plano.