Me une un cariño grande a la Virgen de Setefilla desde hace poco, pero no por ser nuevo este cariño es menos intenso. Reconozco que cuando visito el santuario (o la ermita, como ustedes prefieran llamarle) siento que es un lugar mágico, lleno de historia, que te hace sentir una fuerza indescriptible, independientemente de la que nos regalan nuestras creencias. Rosario Ramírez transmitió su devoción a su hijo Ángel y este me la transmitió a mí. No se me ocurre mejor regalo. Esta devoción loreña, trasciende las fronteras de Lora del Río, e incluso de la propia Andalucía, atrayendo cada año a cientos de personas de toda España para verla.
Por eso he disfrutado mucho del libro homónino de Araceli Montoto en la que su autora ofrece el relato justo y erudito de todo cuánto se sabe y necesitamos saber sobre esta advocación. Una advocación cuyo fervor y seguimiento la ha convertido en una de las manifestaciones religiosas más importantes de España, no sólo por la gran cantidad de fieles que procesionan en su romería, sino por su antigüedad, su rico patrimonio y su curiosa singularidad, tal y como afirma la autora.
Unos aspectos que convierten a esta devoción en un acto de fe único, que esta historiadora desvela explicando y destripando el misterio, la magia, la devoción y el sentimiento que provoca esta Virgen, desde que baja de su camarín hasta que llega a las calles de Lora del Río.
La ermita, las joyas, los enseres, los cultos y cánticos, el cortejo, las idas y venidas de la Virgen, la maravillosa forma de rezar de los escopeteros, las pujas, los vítores, las pedidas o el viejo, serán, entre otros muchos, algunos de los temas que se tratarán en este libro, en el que también se explica cómo la idiosincrasia y la fe de un pueblo han creado unos singulares ritos, una original liturgia y una forma venerar a quien vio la luz un 25 de marzo de 1247.
Araceli Montoto Sarriá es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de y diplomada en Gestión Turística del Patrimonio. La investigación y el estudio del patrimonio de la localidad donde reside, Lora del Río, le ha llevado a compaginar actividades en el ámbito educativo y cultural con su dedicación como Guía Turística local y asesoramiento a instituciones públicas y privadas.
