El cantaor pontanés Antonio Fernández Díaz “Fosforito” abrió el pasado martes 7 de mayo la Caja de las Letras del Instituto Cervantes para depositar todo su legado para la historia del flamenco.
“Fosforito” está considerado uno de los maestros del cante del siglo XX, y entregó su legado acompañado por su hijo, Antonio Fernández, y por el director del Instituto Cervantes, Juan Carlos Reche, así como por la secretaria general del Cervantes, Carmen Noguero. El acto también contó con la presencia de la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Puente Genil y diputada provincial, Tatiana Pozo, que quiso acompañar al Hijo Predilecto de Puente Genil y Llave de Oro del Flamenco.
“Fosforito” comenzó a cantar siendo muy niño, pero su gran salto se produjo en el I Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, celebrado en 1956, donde ganó todos los premios. Este sonado éxito permitió a “Fosforito” darse a conocer en toda España (trabajó en aquellos años en tablaos sevillanos y en el Corral de la Morería de Madrid) y también en el extranjero (viajó a Asia, África y Europa con el espectáculo Marienna y a Estados Unidos junto a Manuela Vargas). Desde inicios de los 60 es uno de los cantaores más reconocidos del mundo.
Registró una memorable antología discográfica con Paco de Lucía. También grabó con Juan Habichuela, Enrique de Melchor, Juan Serrano y otros célebres guitarristas. Junto con Antonio Mairena ha sido cabeza de cartel en todos los festivales de España durante los años 70. Además, es autor de sus propias letras y compositor para otros muchos cantaores, como Camarón de la Isla, que utilizó sus versos en el inicio de su carrera artística. Su discografía tiene carácter enciclopédico, pues es el cantaor con más amplio registro de su época.
Gracias a sus aportaciones, el flamenco vivió una renovación y un resurgir que duran hasta hoy en día. “Fosforito” es la historia de los últimos 90 años del flamenco. Además, a lo largo de los años, este cantaor autodidacta, ha sabido empaparse de ese arte heredado de los más grandes, hasta convertirse, aunque él lo niegue, en un intelectual del flamenco, en otro integrante del Olimpo de ese arte. Su estilo se ha caracterizado por el purismo con que interpreta el cante jondo, en el que domina todos los repertorios, desde los cantes levantinos hasta los sevillanos o cordobeses, pasando por las seguidillas, soleares, tarantos y bulerías.
Entre los premios que “Fosforito”, Hijo Predilecto de Puente Genil, ha recibido a lo largo de su carrera destacan el Premio Ondas (1988) por su larga trayectoria, el Pastora Pavón (en su primera edición de 1999, máximo galardón que otorga la Junta de Andalucía a los artistas flamencos), la V Llave de Oro del Cante (2005) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007).
“Fosforito” es, además, hijo adoptivo de Córdoba, y tras su designación en 1981 no tardó en corresponder con un disco: A mi tierra, Córdoba. Editado en 1982 por RCA, en esta grabación el cantaor ofrece su particular aportación al fandango de Lucena y Cabra (Cayetano Muriel), a las alegrías y soleares cordobesas. Tampoco faltan las carceleras, las livivanas, serranas y cantes de Trilla, como la aportación de las roas-alboreás de Córdoba.