Nadal explica que se trata de uno de informática, puesto que el mundo de las nuevas tecnologías es fundamental para obtener un puesto laboral cuando salgan de prisión, arteterapia, “que gustó mucho el primer año que se impartió” y planificación personal para la empleabilidad, es decir, conocimientos para poder realizar un currículum y otros documentos relacionados con el mundo laboral.
Reconoce además María Nadal que han pasado ya, desde 2008, por estos 17 cursos repartidos en 308 horas, unos 340 jóvenes.
Insiste la diputada en la necesidad de que todas las vacantes queden cubiertas, porque así su área dentro de la Diputación seguirá apostando por este tipo de cursos, que no sólo pretenden ofrecer una oferta de ocio para las horas que pasan en el centro penitenciario sin hacer nada, sino que además les forma de cara al mañana, al día en que salgan de la cárcel. El carácter lúdico lo asumieron los primeros cursos, pero fue la propia diputada la que solicitó, el siguiente año, que fueran dirigidos a la formación sobre todo.
A pesar de todo, asegura que “no se dan todos los cursos que me gustaría, pero es una partida interesante” la que se destina a este proyecto, por ello les pide “que aprovechéis el tiempo que tenéis como si estuviérais en un centro educativo, y me siento muy identificada con vosotros”, por la cercanía en lo que a juventud se entiende.
Reconoce además que “al presidente de la Diputación (Francisco González Cabaña) intento hacerle ver lo importante de trabajar con vosotros, porque valéis mucho y porque la intención es que lo hagáis aún más que cuando entrasteis”. Esta idea de aprovechar la oportunidad ofrecida la recalca Carrillo, que evalúa de manera positiva el hecho de que “en estos tiempos de crisis se siga apostando por los recursos, que es uno de los colectivos olvidados”. Además, quiere agradecer el comportamiento de los reclusos, “porque el módulo joven suele ser el que mejor se comporta de la prisión. Pretendemos que tengáis las mismas oportunidades que cuando estáis en libertad, aunque no es lo mismo”.
Por su parte, los miembros del colectivo Cepa animaron a los chavales a continuar formándose, entendiendo que se trata de “un aprendizaje continuo para encontrar trabajo”.
