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Jerez

El Xerez pasa del todo a la nada en apenas cinco años

Capi marcó el último gol en categoría nacional de los azulinos

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  • Despedida con empate. -

 –xerez cd–Miguel, Kevin, Pedro, Juan Mateos, Lucas, Jesús, David (Alberto, minuto 63), Capi Morlan (Luiz Fernando, minuto 71)  Nico (Javi, minuto 78) y Rubén
–cádiz b–Pedro, José Mari (Marc Fraile, minuto 76), Diego González (Borja Jiménez, minuto 60), Rubén Díaz, Adri Crespo, Galindo, Jesús, Theo, Michelle, Aymen Souda (Sergio, minuto 75), Alberto
Arbitro: Buzzian Mohand Mohand, de Melilla. Amonestó a los locales Capi y Morlan y a los visitantes Rubén Díaz, Aymen Sousa y Theo,
Goles:
1-0    Nico  (m.54)
1-1    Aymen Souda (m.65)
1-2    José Mari (m.71)
2-2    Capi (m.90)
Incidencias: Último partido de Liga del grupo X de Tercera División. Unas doscientas personas.
 
Escribía hace menos de cinco años una crónica en la que decía que desde el cielo caían lágrimas azules de felicidad y hacía un recorrido por  aquellos presidentes que dirigieron, con sus aciertos y sus errores, al Xerez Club Deportivo desde 1947 y hasta ese 13 de junio de 2009 donde el equipo azulino tocaba la gloria con su primer ascenso a la Primera División. Las lágrimas de esos xerecistas que están asomados a los balcones azules de las alturas se derramaron de rabia incontenida en la jornada de este sábado al ver cómo, sesenta y cinco años más tarde, el equipo xerecista retornaba a las catacumbas de la Regional. De Primera División a la Primera Andaluza. De jugar en el Bernabéu a hacerlo en campos tan dignos como el del Chiclana o el de Valverde del Camino, pero en campos donde el fútbol es amateur, donde los aforos no se miden por millares sino por decenas, donde la atención mediática es nula, donde la repercusión no sale del entorno del aficionado. Del todo a la nada en solo cinco años. De la felicidad a la desesperación. De la gloria al infierno. De la euforia de cincuenta mil personas aplaudiendo y vitoreando a los héroes por las calles de Jerez a la desidia, porque lo peor es que el Xerez se ha hundido en la miseria y le importa a muy pocos, a escasos aficionados. Apenas doscientos en las instalaciones de Guadalcacín. Ya no se juega ni en Chapín. Ni en La Juventud. En Guadalcacín y gracias. Y todo porque institucionalmente el club se metió en una espiral de despropósitos desde el mismo momento en que Joaquín Morales se vengó del xerecismo ofreciéndole la gestión a Energy. Fue el principio del fin. De Segunda B a Tercera, con Tebas de por medio, y de Tercera a la Primera Andaluza en una temporada nefasta, desastrosa, tétrica, lamentable, aciaga, funesta,  ominosa, desgraciada, desdichada, fatídica y añádenle todos los sinóni mos que se les ocurran y que casen con un recorrido infausto como el que este equipo ha realizado sobre todo desde que los ‘profesionales’ abandonaron el barco porque no cobraban en el arranque del mercado de invierno.
Desde entonces, nada. Derrotas y más derrotas, un triunfo sobre el césped y otro en los despachos y algún empate como el conseguido en la despedida de la categoría. Nico adelantó a los locales, pero los bes cadistas voltearon el marcador y en el tiempo añadido Capi ponía la rúbrica a la temporada con el gol que suponía el definitivo 2-2.
Se terminó afortunadamente la Liga y ahora es tiempo de saber qué es lo que va a ocurrir. La Asociación Gestora quiere que el club siga pero Ricardo García tiene la última palabra. La Gestora ya planifica y para la semana feriada quiere ofrecer nombres para la dirección deportiva y para el banquillo. Pero también debe conseguir esos cien mil euros que se cenecesitan para navegar por la categoría de la Primera Andaluza. No se sabe si el Xerez Club Deportivo ha jugado su último partido o va a seguir vivo, pero si sigue vivo que sea tratado en condiciones, que estén al frente gente que no solo se dejen llevar por el corazón sino por la cabeza y que definitivamente se alejen de él todos los impresentables que han estado a su lado en los últimos años y que son los culpables de este desastre.
 

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