El ejercicio de 2016 ha sido el quinto mejor de la historia para el puerto de Sevilla, donde se han movido 4,79 millones de toneladas de mercancías, un registro sólo superado en los años 2001 (4,89 Mt), 2003 (4,84 Mt), 2005 (4,90 Mt) y 2006 (5,34 Mt), todos ellos anteriores al inicio de la crisis económica en 2008.
Dicho de otro modo, el del año pasado ha sido, con creces, el mejor balance del puerto sevillano en el periodo de crisis y es un indicador más, como la reducción en las cifras de paro por debajo de la barrera de los 80.000 parados por segunda vez en un lustro, de la progresiva superación de la misma: son 406.590 toneladas más que tan sólo tres años antes.
Así pues, los datos objetivos de las estadísticas se empeñan en contradecir una vez más a quienes mantienen el discurso pesimista de que el puerto se muere porque no se hace el dragado de profundización del Guadalquivir. No se ha realizado el dragado, no hay tampoco perspectivas de que se acometa a corto o medio plazo y, sin embargo, en el puerto se están moviendo más mercancías, como señal de que el elemento clave es la actividad económica y no las condiciones geográficas o las limitaciones ecológicas.
Cuanto más riqueza se cree en la ciudad y más empresas, más posibilidades habrá de que se incremente el tráfico portuario, y viceversa. Al fin y al cabo, el puerto no es más que un termómetro de la salud económica de Sevilla.