Sacar un empate en un partido que pudo tener tres desenlaces en los últimos segundos puede dar para muchas lecturas. Y eso es lo que le pasó al Adesal en su visita al Morvedre. Dominó, fue dominado y dispuso del último balón para sumar dos puntos que le habrían dado mucho aire de cara a la fase por eludir el descenso en la Liga Guerreras Iberdrola. Sin embargo, el esférico no obedeció a los deseos de Camila Bonazzola y de todo un equipo que sigue reivindicándose en el 40x20 partido tras partido.
Una parada de Alba González en el primer ataque del partido fue un síntoma de lo que fue la mayor parte del episodio de apertura del encuentro entre el Morvedre y el Adesal. El equipo entrenado por Rafael Moreno estuvo siempre por delante en el marcador llegando a disfrutar de una ventaja de 6-11. De hecho, el equipo de La Fuensanta estuvo tan cómodo que casi no acusó las dos exclusiones de Andrea Roda en menos de nueve minutos, circunstancia que le hacía perder un baluarte defensivo.
Para ello, fue fundamental la aportación de Lucía Vacas con los dos primeros goles, si bien esa tarea se repartió después entre Agus López, Gleinys Reyes, Andrea Roda, Ángela Ruiz o Camila Bonazzola, quien reaparecía con la camiseta verdinegra. Sin embargo, el Morvedre reaccionó en el tramo final de la primera parte. Amparo Aguas comenzó a parar y su defensa se le atragantó al Adesal hasta el punto que Rafael Moreno buscó nuevas soluciones como la de la rumana Chelaru, quien disputaba sus primeros minutos.
Ese despertar local llevó el partido a la máxima igualdad al cierre de los primeros 30 minutos. El Morvedre reducía daños al 13-14, aunque el Adesal seguía con la delantera y el primer ataque del segundo periodo. Pero esos minutos se convirtieron en una especie de desierto para el Adesal. Prueba de ello es que el Morvedre consiguió darle la vuelta a la contienda, que entró en una fase alternativas en el marcador. Responsabilizadas por la importancia de la contienda, las jugadoras de los dos equipos tensaron al máximo las defensas y eso dio pie a que las porteras brillaran. Por parte del Morvedre, Amparo Aguas mantenía su propio listón, mientras que en el Adesal dio un nuevo paso adelante Amanda Valero.
Sin embargo, a los ataques les costaba sobremanera. De ahí que el tanteador fuera tan bajo. A ello se sumaron las imprecisiones que dejaban un final abierto en el último minuto. Agus López se elevó a falta de 10 segundos para firmar el empate a 23-23. El Morvedre pidió tiempo muerto para hacer un ataque de siete, pero cometió pasos en la salida de la jugada. Bonazzola corrió a por el balón y lanzó buscando el gol definitivo, pero el esférico no se alojó en la portería. Pudo ser mejor, pero el punto vale y mucho para la segunda fase, ésa en la que el Adesal jugará por dejar en Córdoba una plaza en la máxima categoría del balonmano femenino español.