A punto de cumplir 60 años, Paloma San Basilio sólo toma "zumo y Revidox" para sostener su "frenética vitalidad", que la llevará entre 2010 y 2011 a una gira por América, a grabar un nuevo disco y a protagonizar un musical. "Si te estás quieta -dice a Efe- nunca sabes lo que puedes dar de sí".
La madrileña llegará a esa edad el próximo 22 de noviembre, apenas diez días después de subirse a un escenario de Las Vegas junto a Plácido Domingo para cantar en la gala de homenaje al tenor español en los Grammy Latino, que le entregará su galardón de Persona del Año.
Pero antes, desde mañana, habrá recorrido teatros de Costa Rica, Honduras, Santo Domingo y México con su espectáculo "PSB", en el que hace un repaso a su larga carrera, iniciada en 1975 con el disco "Sombras" y jalonada por musicales como "Evita", "May Fair Lady", "El hombre de la Mancha" o "Víctor y Victoria".
Su cumpleaños le pillará ya en Los Ángeles donde estará "encerrada" en un estudio con su hija Ivana grabando su nuevo disco, para el que aún no tiene título.
Ivana es la productora y autora de las letras y música de un trabajo que ella describe como "un mestizaje entre música electrónica y acústica", del que destaca los temas "Quiero que seas tú" y "Perlas", y para el que quieren buscar también "sonidos étnicos".
"Me gusta mucho cómo escribe mi hija, porque todos sus textos tienen un trasfondo de emoción y preocupación social", explica la artista, que quiere empezar ya las giras con el disco el próximo mes de febrero.
Poco después empezará los ensayos de la opereta "La viuda alegre", un "ambicioso, mágico y transoceánico" proyecto que se estrenará el 29 de septiembre en el Teatro Arriaga de Bilbao, coproductor junto a Teatros del Canal, Municipal de Santiago de Chile, Solís de Montevideo, Mayor de Bogotá, Argentino de la Plata, Maipo de Buenos Aires y el Centro de Arte MDQ de Mar de Plata.
"Hay muchas cosas, después de cinco años sin hacer musicales, que me atraen de esta iniciativa. Lo primero es que doy un salto a otro género, a otro registro vocal, con una partitura y una música que tiene la ventaja de estar entre la popular y la clásica", detalla.
Ella, la única de un elenco de más de 30 personas que ya está "elegida", cantará en un registro más alto de lo que acostumbra en sus conciertos, algo que, asegura, no le parece "más agotador", sino al revés, porque, explica, "cuando la voz está ahí bien colocada se cansa menos".
También le seduce del nuevo musical que ya interpretó "El vals de la viuda" con Plácido Domingo en 1992 y le pareció "precioso"; que en esta producción irá de la mano del director de escena Emilio Sagi, "garantía absoluta de calidad y buen gusto", y que al proyecto se han sumado ya varios teatros de América.
"Es la culminación de esa ida y vuelta que yo llevo haciendo tantos años. El océano debería ser más estrecho entre España y América. Yo, desde luego, me siento hispanoamericana", afirma.
No siente vértigo ante ninguno de esos proyectos, sólo sabe que tiene que arriesgar para "crecer" y que tampoco le emociona la idea de quedarse quieta en un mismo sitio demasiado tiempo.
Desde que hizo la gira con "Evita" en 1983 no ha vuelto a "ir de tournée" por América con un musical -aunque sí que estrenó "El hombre de la Mancha" en Buenos Aires en 1999- pero no sólo no le agobia la idea de viajar a los teatros coproductores sino que le subyuga.
"Tengo bastante energía y la acompaño muy bien con ilusión por todo lo que voy a hacer", asegura y desvela riéndose que "lo único" que toma para resistir semejante actividad es "zumo" acompañado de las píldoras "Revidox", un "elixir de juventud" que según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concentra en una sola cápsula los beneficios de la ingesta de 45 botellas de vino.
"Estoy en un momento muy bueno de mi vida y la disfruto con todas las ganas y con mi capacidad de entusiasmarme y soñar casi intacta", añade risueña.