Hacía tiempo que Ronda no reflejaba una cara similar en esta época de Semana Santa. La ciudad siempre ha mostrado un buen rostro en cuanto a acogida, pero lo vivido esta pasada Semana de Pasión ha superado las previsiones.
Desde el Viernes de Dolores, con el Vía Crucis que sirvió de preludio a esta celebración, empezó a llenarse la Ciudad del Tajo, palpable no solo por la gran cantidad de personas que acompañaron ese cortejo sino por el aspecto que reflejaron los bares, restaurantes, hoteles, terrazas y las calles rondeñas.
El medidor de afluencia fue subiendo conforme pasaron los días, alcanzando los momentos más álgidos el Domingo de Ramos y el Jueves Santo, dos fechas marcadas en el calendario por rondeños, serranos y turistas para disfrutar de unos días maravillosos. Este año la suerte de haber podido disfrutar de días soleados y calurosos ha contribuido a que la Ciudad del Tajo reflejase este aspecto puesto que el año pasado las condiciones meteorológicas no fueron las idóneas.
En lo que se refiere a las estaciones de penitencia, en los lugares por donde los tronos con los titulares iban paseando no cabía un alfiler. Lo mismo al destacar la ocupación de los bares, restaurantes y terrazas. El sector hostelero ha agradecido el buen tiempo y ha notado en su economía el lleno que ha sufrido Ronda esta Semana Santa. Hoteles y pensiones más de los mismo, alcanzando los límites de ocupación. Esto además ha beneficiado al resto de comercios que dedican otros servicios.
La Semana Santa junto a Ronda Romántica, los 101 KM de La Legión y la Feria y Fiestas de Pedro Romero son los eventos más importantes, y por tanto marcados en rojo en el calendario, para los rondeños, vecinos de la Serranía y turistas.
Dar un paseo tranquilo contemplando monumentos o desfiles procesionales no ha sido tarea fácil, aunque mejor muchedumbre que todos los sectores rondeños salen favorecidos
