Y amaneció el día entre viento de levante. Parecía como si, de la apacible calma que reinaba en la Villa desde principios de semana, al acercarse el día en cuestión, el aire en uno de sus revulsivos decidiera por motu propio hacerse notar. Y el levante se adueñó del acto no únicamente por la brisa que acariciaba de vez en cuando la puerta del salón capitular del Palacio Municipal Castillo de Luna, sino también en modo alegórico en el acto. Desde este sábado, la novelista madrileña Almudena Grandes ya es oficialmente considerada Hija Adoptiva de la Villa de Rota. Lo es a título póstumo, aunque su arraigo en la Villa roteña viene desde que puso un pie en el municipio una Semana Santa atraída por aquello que Luis García Montero, su pareja, tanto se refería. Este sábado 20 de agosto de 2022, nueve meses después de su fallecimiento debido a una larga y tediosa enfermedad, Rota la ha nombrado roteña, Hija Adoptiva, como una más del municipio porque así “lo quería y respetaba”, valoró el primer edil en el acto de nombramiento esta mañana.

Al mismo han acudido sus tres hijos, Irene, Mauro y Elisa; su esposo, Luis García Montero, el alcalde de Rota; Javier Ruiz, el equipo de Gobierno; la Corporación Municipal; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco; la vicepresidenta del Gobierno de España Nadia Calviño; el secretario general de CCOO, Unai Sordo; distintas personalidades del mundo de las artes como Felipe Benítez Reyes, Ángel Gacía López, Joaquín Sabina, Rozalén, entre otros,  y demás amigos y familiares de ella, de Almudena, -con tan sólo el nombre nos vamos a tomar la confianza en este periódico de referirnos a ella, sin apellidos, como a una roteña más- que han querido acompañar a la familia en este día.

En primer lugar, la delegada de Cultura y segunda teniente de alcalde, Encarnación Niño, leyó el acta del acuerdo plenario en el que el pasado 11 de agosto se aprobó otorgar a la escritora madrileña dicho título. Este exponía los motivos por los que el municipio de sus veranos le rendía homenaje materializando así la extrañeza de su ausencia. La ideóloga de “Las edades de Lulú”, “Los aires difíciles” o de su última obra, “Mariano en el Bidasoa” hizo de Rota “la luz de todos sus veranos” y llevó el nombre de este rincón de la bahía por el resto de España. Un legado que deja Almudena, y que también es el de Rota. Una mujer “valiente, innovadora,...” que llevó a Rota siempre consigo y por lo que hoy es este pueblo el que le ha otorgado un merecido reconocimiento.

Tras la lectura de este acuerdo plenario por unanimidad, un vídeo bajo el título “Pleamar de la palabra” pronunció las palabras de Almudena como aquí en este pueblo se leen. A través de las voces de diversos roteños y roteñas, se leyeron fragmentos escritos por la madrileña refiriéndose a Rota con admiración en los que se consideraba una roteña más. En ellos, Almudena personificó en su prosa una línea invisible e inquebrantable entre los vientos y Rota. 

La mujer que le escribía cartas de amor a su playa, Punta Candor, y la que, junto a García Montero, dibujó “el paisaje del nosotros en Rota”. Así la describió aquel que la llevaba y la llevará en su pecho y en su pluma para siempre, Luis García Montero. Emocionado y afable, su esposo, comenzó su intervención agradeciendo al pueblo de Rota y al Ayuntamiento este título y recordó con una sonrisa en los labios los días en los que no hizo falta convencer a la madrileña de que Rota sería para el resto de su vida, su “territorio de la felicidad”. En Rota crecieron sus hijos, -quienes recogieron en el acto el título de Hija Adoptiva de la Villa de Rota a Almudena Grandes de la mano de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el alcalde, Javier Ruiz,- y así también, sus obras. Montero agradeció que Rota “preste especial atención a la cultura” y valoró la importancia de crear espacios comunes para su fomento. Se refirió en particular en un cariñoso agradecimiento a sus “ya amigos” más allá de sus cargos públicos, al alcalde, a la “vicepresidenta de mi gobierno” y al secretario general de CCOO. “Como decía ella, Rota ha sido el paisaje de nuestra felicidad, porque ha sido el lugar donde el nosotros ha podido compartirse con los amigos, las amigas,con la gente de aquí, con los sueños, los recuerdos y el futuro”. Finalizó su intervención con unos versos que dedicó a Almudena al principio de su relación: “Si alguna vez la vida te maltrata, acuérdate de mi, que no podrá cansarse de esperar aquel que no se cansa de mirarte”. 



El regidor roteño tomó la palabra poniendo en valor cómo Almudena fue “una más de Rota” ya que “vivía en comunión con nuestros paisanos haciendo la compra, en una terraza, por la calle…” en definitiva, porque lo supo "amar y respetar". En concreto, se refirió al escritor Felipe Benítez al ser el embajador roteño por atraer al “Club de los almudenos” a Rota, -como así se hacen llamar el grupo de amigos artistas amantes de Rota y admiradores per se de Almudena y su legado entre los que se encontraba la novelista y ahora siguen conformando escritores y cantautores como Felipe Benítez, Benjamín Prado, Joaquín Sabina, Luis García Montero, entre otros.- Ruiz Arana recordó que, a pesar de que este nombramiento de Hija Adoptiva de la Villa se otorgue a título póstumo, el Ayuntamiento también materializó su afán por Almudena en reconocimientos que pudo disfrutar en vida como recibiendo la Urta de Oro o con la rotulación de una de las nuevas avenidas.



Para terminar, la vicepresidenta primera tituló este encuentro para recordar a una de las grandes escritoras de los últimos tiempos como un “acto de amor correspondido creando un vínculo de complicidad que pocos pueden crear”. “Siento por una parte tristeza por la pérdida irremplazable y por otro lado satisfacción por este reconocimiento merecido y por el cariño que tantos lectores han compartido en estos meses. Y también un sentimiento de responsabilidad sobre todo para ti, Luis, porque tienes el extraordinario encargo de seguir desarrollando su legado”. Calviño recordó a Almudena como una escritora que contribuyó a dar una visión de España “más equilibrada” ya que narró la España contemporánea imaginando personajes que cuentan “la realidad de un país que no recogen los libros de historia”. Con una alusión al levante y al viento, la vicepresidenta concluyó su intervención con una reflexión personal siguiendo los pasos de Almudena utilizando la metáfora de los vientos para hablar de la vida: “Sea cual sea el viento que nos toque conviene siempre tener claro el rumbo para llegar así a buen puerto”. 

La chelista roteña Andrea Griffin puso el broche a este acto interpretando el himno de España y el de Andalucía con un aclamado aplauso en la sala. El nombre de Almudena Grandes fue en este día el susurro del levante al ser recordada por un pueblo que la admirará y recordará para la posteridad incluso a pesar del giro de la veleta. Almudena será eterna en su “territorio de la felicidad”.