Emocionados. Y emocionada. Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz, Antonio Alba Bernal y Alfonso García Mayor de Londoño Benítez están emocionados desde el primero hasta el último y dejando a un lado a quien encarnará al rey Melchor, García-Cubillana, al que entrevistamos recién comunicada su elección -estaba en esta casa grabando una intervención en un documental-, los demás han tenido tiempo para recibir cientos de llamadas, sin exagerar, de familiares y amigos.
Los tres son personas muy conocidas en San Fernando. El médico que recoge a los niños enfermitos y los devuelve nuevos; el hostelero ya jubilado al que conoce y que conoce a media Isla y parte de la otra mitad, no en vano estaba al frente de un establecimiento como La Gran Vía y el también hostelero que dejaba bocadillos en la puerta para que los cogieran personas necesitadas, el propietario del Bodegón Andalucía, dejan su impronta en las entrevistas realizadas por este periódico.
Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz pide comprensión entre los ciudadanos, lo que no debería ser mucho pedir pero como están los tiempos, lo mismo es bueno que llegue de parte de los Reyes Magos; Antonio Alba que este miércoles seguía temblando, también pide lo mejor para La Isla, además de encontrarse con el problema de dónde colocar a todos los candidatos de su familia que quieren ir en la carroza: y Alfonso García, al que le hubiera gustado que fuera elegido un amigo suyo, ha aprovechado para anunciar que hay cafés pendientes en su bar, no cabe en sí de gozo.
Porque además de ser conocidos son buenas personas. Como lo son quienes encarnarán a la Estrella de Oriente, María Dolores Guerra de los Santos. O sea, Loli Guerra. Ella, que ha estado tantos años sentada ante los micrófonos de Radio La Isla, con el frío de diciembre, conduciendo el programa de la campaña
Ningún niño sin juguete.
O Luis Domingo de Celis Sirviente, que se meterá en la piel del Heraldo Real y que ha trabajado por la asociación durante 17 años. Además de ser otro de los que se meten sin pensarlo donde lo necesiten, sin que lo llamen siquiera. Que trabajará doble, porque sale el día 4 y el día 5...
Todos ellos traslucen en las entrevistas lo que les supone el anuncio y lo que les han dicho que es la realidad. Una realidad que sólo conocen los afortunados que cada 5 de enero ven las caras de los niños y de los mayores por lo menos tres metros más cerca del cielo que el resto de los mortales.