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San Fernando

Sólo es cuestión de quitar unos matojos que hay en los balcones

Es verdad que ya hay de sobra con la situación de la Casa Laza y la de la Cruz Roja, pero precisamente por eso no está bien que La Salle se les sume.

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Nadie va a decir que por descuidar la fachada de un edificio se va a caer ese edificio ni en todo ni en parte. Es más, esas ramas que sobresalen de la parte del edificio de La Salle dedicado a tienda de muebles de madera noble lo más que pueden hacer es levantar las losetas del balcón, independientemente de que una losetas levantadas puedan ser arrastradas por el viento de levante o de poniente a la calle cayendo en el suelo o sobre la cabeza de alguien.

Es más una cuestión de estética, máxime cuando se trata de uno de los edificios históricos de San Fernando y lo que requiere no es una gran obra. Simplemente quitar los matojos que asoman por los balcones y que se unen a los daños que causan las palomas. Para que no levanten las losetas y por la digidad y el decoro del inmueble.

No es sólo la parte de edificio dedicado a tienda de muebles la que deja ver las hierbas. También la mismísima fallada del colegio. Pero todo de fácil arreglo para que luzca como ha lucido más de 200 años ofreciendo educación y cultura a la ciudad. De hecho, una señora estaba fotografiando las placas conmemorativas en sus paredes cuando el que pasaba por ello se dio cuenta de la mala estética del edificio.


Y también algunos pensarán que esas imégenes son pecados veniales en comparación con la situación que ofrecen dos edificios municipales en la misma calle Real, que esos sí que faltan al decoro y a todo lo que quiera el respetable. La Casa Lazaga y la antigua sede de la Cruz Roja -allí no hay yerbajos; aquello comienza a ser una jungla- son de juzgado de guardia. Sobre todo porque en estos dos últimos casos son inmuebles públicos. 

Pero unos y otros -hay más en la principal calle de La Isla por donde ahora se va andando y se da cuenta uno de más cosas- contribuyen a una imagen de la ciudad que la ciudad no se merece. Tómese como una crítica constructiva, si tienen a bien.

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