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Sevilla

Lágrimas, nervios y sorpresa en el desalojo de la sevillana Corrala Utopía

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  • Desalojo -

Las pancartas que llevaban casi dos años colgando de los balcones de la Corrala Utopía, en la avenida sevillana de San Lázaro, han sido lo último en abandonar el edificio, al ser retiradas después de que los vecinos desalojaran las viviendas rodeados de un amplio despliegue policial.

Más de una decena de furgones policiales rodeaban desde primera hora el edificio, del que las 22 familias que lo ocupaban desde mayo de 2012 han ido saliendo arrastrando maletas y bolsas en las que llevaban sus pertenencias y sin saber muy bien a dónde dirigirse, puesto que no han recibido una solución alternativa.

Llorando casi todos ellos y muy nerviosos algunos, a medida que iban saliendo del edificio se abrazaban con los que les habían precedido y mostraban su sorpresa por una actuación que consideraban aparcada debido a las negociaciones abiertas entre la Junta y el Ayuntamiento sevillano para buscar una solución, tras la orden judicial del pasado 4 de febrero.

"Nos habían dicho que antes del día 13 habría algo y que se seguía negociando, no han querido esperar", ha dicho Toñi Rodríguez, que ha rechazado, como sus vecinos, la posibilidad de alojarse temporalmente en un albergue municipal: ""Prefiero un colchón, lo echas en cualquier lado y duermes", ha dicho.

Carmen Ferrer, otra de las desalojadas, no disimulaba estar "muy nerviosa": "No creíamos que esto iba a llegar, porque estaban en negociaciones la Junta, el Ayuntamiento, el Defensor del Pueblo e Ibercaja, pero no estaba firmado el parar el desalojo y de palabra no se puede creer nada", se lamentaba.

"Yo a un albergue no me voy, no porque sea una deshonra, sino porque tengo 40 años cotizados y me merezco una vivienda y un techo, como alquiler social, porque he sido tan contribuyente como la que más", advertía Carmen, que tenía muy claras sus próximas horas: "Yo hoy duermo en la calle, ya he pedido mantas a la trabajadora social".

También Toñi insistía en la posibilidad del alquiler social y recordaba que habían querido "desde primera hora pagar agua, luz y un alquiler", pero que esa posibilidad fue rechazada, y pedía al Ayuntamiento que "mueva las listas" de aspirantes a una vivienda social, aunque de momento no les toque a los ahora afectados.

Tras advertir que van a "seguir luchando desde la calle", los vecinos se preguntaban dónde había algún representante de la Junta: "¿No viene ningún consejero del gobierno de progreso?", decía una de las personas que se han acercado hasta el edificio al conocer la noticia del desalojo.

Ana, de 69 años y cuyo marido, Pancho, de 72, ha sido trasladado al hospital tras sufrir un ataque de nervios, era más crítica con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido: "Él ya puede estar bien tranquilo viendo los pasos de Semana Santa en el palco con su familia y pensando que en la Corrala ya no hay problemas porque ya estamos en la calle", ha declarado.

El portavoz del grupo municipal de IU, José Manuel García, -único representante público que ha acudido al desalojo- ha calificado como "increíble" y "nefasta" esta decisión cuando las conversaciones iban "por buen camino" y ha apostando que "a estas familias hay que darles un realojo inmediato, máxime cuando el Ayuntamiento tiene 400 viviendas vacías".

A la indignación de los desalojados se sumaba un grupo de personas que desde la calle han proferido gritos de "vergüenza" dirigidos a los policías, que han detenido a un hombre que forcejeó con ellos cuando intentaba cortar el tráfico tumbándose en la calzada.

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