La Comisión Local de Patrimonio de Sevilla ha informado desfavorablemente parte de la propuesta presentada por los promotores de un hotel de cuatro estrellas en el antiguo comercio Vilima de la calle Lagar y condicionado la de los promotores de otro hotel, éste de cinco estrellas, en el antiguo anexo de El Corte Inglés en la Plaza de la Magdalena. E,n ambos casos por sus excesivas pretensiones de utilizar las cubiertas: una para un mirador y otra para una posible piscina y usos al margen de los permitidos por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
La propuesta original para la implantación de un hotel de cuatro estrellas en el antiguo comercio Vilima fue informada favorablemente en su día y en líneas generales tanto por Urbanismo como por la Comisión de Patrimonio, pero con dos salvedades.
En primer lugar, no se consideraba viable el aprovechamiento de una parte de la superficie de un ático de nueva construcción (aproximadamente, 25 m2) mediante la prolongación de parte de la estructura en la zona más cercana a la fachada que mira a la calle Buiza y Mensaque.
Y en segundo lugar, no se consideraba tampoco viable la habilitación de superficies pisables y de uso colectivo en la planta de cubierta mediante la construcción de una nueva escalera desde la terraza de la planta tercera, al incumplirse la norma sobre la altura máxima del pretil (0,60 metros) del PGOU.
En la nueva propuesta, no visada por el Colegio de Arquitectos y presentada ayer ante la Comisión, los promotores resolvieron la primera de las objeciones, pero mantuvieron un acceso para los futuros usuarios del hotel a la cubierta para convertirla en un mirador privilegiado sobre la iglesia del Salvador y el entorno. Según la cadena propietaria, la posibilidad de vistas desde esa planta (la tercera) sería una prestación sumamente atractiva para la actividad del hotel.
Argumentó también que sólo se habilitaría una parte de la azotea; que no se crearía ningún cuerpo adicional y que el pretil estaría compuesto por una parte baja maciza de menos de 60 centímetros y una alta de vidrio, hasta un total de 1,10 metros, para minimizar el impacto visual.
Sin embargo, la Comisión ha desestimado la propuesta de convertir en mirador la cubierta del edificio y la construcción de una escalera de acceso, atendiendo a la prohibición del PGOU de que se restrinja el acceso a cubiertas de áticos para que no se desarrollen usos distintos a los del mantenimiento y registro; no se colonicen y no sean convertidos en una planta añadida, de sobreático.
La Magdalena
En cuanto al proyecto de hotel de cinco estrellas en el antiguo anexo de El Corte Inglés en la plaza de la Magdalena, la Comisión empezó constatando que el edificio se halla fuera de ordenación al vulnerar el PGOU vigente en varios aspectos.
El primero de ellos se regfiere a la ocupación del cien por cien de la parcela sobre la que se asienta, mientras que el segundo se centra en la altura máxima, ya que tiene una altura de cuatro plantas y ático, más una de sobreático, cuando lo máximo permitido son cuatro más ático.
El tercer aspecto que se detecta es un exceso de edificabilidad: unos 4.919 m2 construidos, cuando el máximo admisible serían 2.982 m2.
Al igual que en el caso del comercio Vilima pero de una forma más ambigua y en una propuesta de la que se colegía la intención de construir una piscina sobre la cubierta y de usar parte de la misma previa demolición parcial de la actual planta de ático, la Comisión, aun admitiendo que tal demolición acercaría al inmueble al cumplimiento del PGOU vigente, rechazó la idea de que se use la cubierta, se construya una escalera de acceso e incluso se instalen ascensores.
Las razones, las mismas que en el primer caso: el veto del PGOU a que se desarrollen usos distintos al de mantenimiento y registro porque hay que evitar que las cubiertas se colonicen y acaben convertidas en sobreáticos.
Los promotores del hotel de cinco estrellas, que se plantearon incluso demoler el edificio para construir uno nuevo dotado del aparcamiento del que el actual carece, habrían optado finalmente por derruir sólo una parte para así reducir su edificabilidad, y solucionar la carencia de estacionamiento mediante un acuerdo para sus clientes con el cercano parking de Rioja y Albareda.
Conocido el dictamen de la Comisión, los promotores de los dos hoteles deberán redactar ahora sendos proyectos en condiciones (lo de ayer se considera más bien como propuestas de tanteo para ver hasta dónde podrían llegar) y volverlos a someter a su examen para tratar de obtener su visto bueno.