A pesar del gran esfuerzo, son artistas con una calidad vocal excepcional y sobre todo parecen no cansarse. Si la actuación fue sobresaliente, lo mejor estuvo al final, ya que por si fuera poco, concluida su actuación, en el hall del auditorio departieron con el público: firmando autógrafos, charlando, fotografiándose con multitud de fans; sonriendo, estrechando sus manos de forma incansable.
Poseen voces brillantes y vibrantes cautivaron desde el primer instante, tanto a nivel individual como colectivo; con unos arreglos vocales de gran impacto sonoro y, prácticamente, cantando a capella pues el soporte instrumental era el imprescindible. Apoyados en unos registros previamente grabados, tres estupendos músicos les acompañaban en directo.
Diez tenores, diez solistas. Su formación en coros, de gran efecto, con voces abriéndose armónicamente, con excelente nivel de afinación; infundiendo seguridad al público en la colocación de sus notas agudas. Y lo mejor de todo, su repertorio tan variado y que sorprendió en ocasiones al público.
Comenzaron con el tema que da titulo a su último disco 'Here's to the Hero's' para luego continuar con Buongiorno Principesca y la cavatina de Largo al factorum de El barbero de Sevilla, de Rossini. Luego llegarían Bésame mucho, de Consuelo Velázquez, cantado en español; una sección denominada ópera sin partes aburridas con la impresionante interpretación de Di quella pira de Il Trovatore, de Verdi; seguida del célebre Vesti la giubba de Il Pagliacci, de Leoncavallo; una selección de canciones australianas y un popurrí de los tiempos de las discotecas. El cierre de la primera parte fue apoteósico interpretando un popurrí de temas de Los Bee Gees. Aquí aparte de las voces también destacaron por sus interpretaciones sobre el escenario. Reanudaron la segunda parte con el tango “Por una cabeza”, de Carlos Gardel; le siguieron canciones de Simon & Garfunkel como “The Boxer” o “Moonriver”, el tema principal de la película Desayuno con diamantes. Además, una de las secciones más emocionantes fue un popurrí de canciones italianas, con las que homenajearon a Luciano Pavarotti, con títulos como Torna a Surriento de De Curtis, Core ingrato de S. Cardillo y Volare de D. Modugno.
Queen
Para concluir, nada mejor que dos de los temas más vibrantes de Queen como “Who wants to live forever” y el mítico “Bohemian Rapsody”, con el que multiplicaron por diez la estupenda interpretación de Fredy Mercury.El público aplaudió con fuerza e insistencia hasta conseguir dos bises de lujo: un original Granada de Agustín Lara y un espectacular Nessun dorma de la ópera póstuma de Puccini, Turandot. El público se rindió ante los Diez Tenores. Los despidió puestos en pie, aunque todavía quedaba lo mejor por llegar en una noche mágica. Como habían prometido, salieron al hall del Teatro, se colocaron en fila, y fueron firmando autógrafos y haciéndose fotografías. Sin duda, hubo mucha entrega y complicidad con el público. Todos salieron contentos.