Un estudio publicado en la revista científica 'Journal of Clinical Sleep Medicine' ha descubierto que los pacientes con apnea del sueño que no usaron la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) tienen más probabilidades de ser hospitalizados con gripe.
Los resultados de este estudio retrospectivo muestran que el 61 por ciento de los pacientes (17 de 28) a los que no se les prescribió CPAP para tratar su apnea del sueño o no cumplieron con su tratamiento fueron hospitalizados con gripe, en comparación con el 24 por ciento de los pacientes (6 de 25) que cumplieron con el tratamiento de CPAP.
El análisis estadístico encontró que los pacientes que no se adhirieron a la CPAP tenían casi cinco veces más probabilidades de ser hospitalizados con una infección de gripe, a pesar de tener una tasa más alta de vacunación contra la gripe.
"Nuestro estudio sugiere que entre los pacientes con apnea obstructiva del sueño, los que usan CPAP tienen menos probabilidades de ser hospitalizados por una infección de gripe que los que no usan CPAP", explica el coinvestigador del estudio, Glen Greenough, profesor asociado de Medicina, Psiquiatría y Neurología del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock (Estados Unidos).
Según los investigadores, el estudio proporciona más evidencia de que el sueño es esencial para la salud. "Estos resultados sugieren que el uso de un tratamiento, el CPAP, que mejora la calidad del sueño reduce la gravedad de la infección de influenza según lo determinado por la tasa de hospitalización. Esto podría sugerir que el tratamiento de la apnea del sueño y, por lo tanto, la mejora de la calidad del sueño tiene un efecto beneficioso en el sistema inmunológico. También sugiere que el tratamiento de la apnea del sueño con CPAP podría ayudar a reducir las hospitalizaciones, con lo que se reducirían los costos de la atención de la salud", añade el científico.
Los investigadores analizaron los registros médicos de 53 pacientes que tenían apnea del sueño y un caso confirmado de gripe entre 2016 y 2018. Los 28 pacientes categorizados como no adherentes al tratamiento CPAP tenían una edad media de 63 años y eran 54 por ciento hombres; los 25 pacientes adherentes al CPAP tenían una edad media de unos 60 años y eran 52 por ciento hombres. El uso de la CPAP se evaluó mediante la descarga de datos, definiéndose la adherencia como el uso de al menos cuatro horas por noche durante al menos el 70 por ciento de las noches.
El análisis también reveló que el 75 por ciento de los pacientes no adherentes recibieron la vacuna contra la gripe, en comparación con el 56 por ciento de los usuarios regulares de CPAP. Aunque no es una diferencia estadísticamente significativa, los autores sugieren que la falta de sueño podría haber impactado negativamente en la respuesta de los pacientes no adherentes a la vacuna.