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Torremolinos

Torremolinos, el pueblo (2)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones.En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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La turística Torremolinos, admirable ciudad en constante crecimiento, luminosa, de bellas plazas, grandes parques y numerosas zonas verdes y ajardinadas, con cerca de siete kilómetros de amplias y nítidas playas abrazadas ya por un único e ininterrumpido paseo marítimo, desde el límite con Benalmádena hasta la frontera con Málaga, no ha dejado de ser pueblo de ricas tradiciones que se miman como a las niñas de los ojos. Entre estas acariciadas y bien conservadas tradiciones que cada año adquieren mayor brillantez destaca la que se ha convertido en la Romería urbana más importante de España. En el ambiente religioso, gran espectacularidad revisten las procesiones de Semana Santa, cuyos imponentes tronos son portados a hombros por centenares de cofrades. Sobrecogedora es también, en la playa de La Carihuela, la procesión de la Virgen del Carmen, Patrona y Alcaldesa Honoraria de Torremolinos.
Sin salirnos de las tradiciones religiosas, las de Navidad palpitan en Torremolinos con genuino y generoso corazón de oro. Elocuente es al respecto el detalle, sin precedente en otros municipios, de la surtida caja navideña que el Ayuntamiento reparte a jubilados, parados de larga duración y personas necesitadas. En tan entrañables fiestas no deja de cultivar el pueblo, y lo hace con mayor énfasis de año en año, la típica tradición de las rondas de grupos pastorales que entonan villancicos ante los distintos belenes instalados en la población y, de singular manera, ante el monumental belén municipal que todos los años erige la Asociación de Belenistas de Torremolinos en el hall de la Casa Consistorial. Estos espontáneos grupos, habitualmente formados por componentes de los diversos coros rocieros del municipio, así como de los centros escolares, llevan igualmente su alegría canora a las personas mayores recluidas, y esmeradamente atendidas, en las distintas residencias geriátricas, las cuales, en proporción al número de habitantes, son más numerosas en Torremolinos que en otras ciudades, lo que demuestra en buena parte la noble disposición de corazón que caracteriza a los torremolinenses.
Esta preocupación por las personas envejecidas esplende asimismo, amén de en los cinco Centros de Convivencia con que cuenta el municipio y en los que los mayores encuentran compañerismo y mitigación de su soledad, en la celebración del Día de los Abuelos, del que Torremolinos es pionero en su institución. A la entrada del pueblo luce además un hermoso monumento en bronce, silencioso y perenne homenaje a los abuelos. En día tan señalado, el alcalde y los concejales comparten ágape con las personas mayores. Este ejemplo de solidaridad se repite asimismo durante la Feria de San Miguel, en que los primeros ediles comparten una deliciosa merienda de chocolate y churros con los mayores. Y otra señalada ocasión es el desayuno anual que los ediles degustan con los jubilados amantes de las actividades deportivas.

Los mayores del municipio están igualmente presentes en los planes municipales a la hora de otorgar el Consistorio las participaciones en las palestras de la Cultura y el Deporte. Así, los jubilados disfrutan de preferente y amplia representación entre el alumnado de los cursos que se imparten en la aulas y talleres de la Universidad Popular de Torremolinos. Las Asociaciones vecinales, como recientemente la de la barriada de Cantarranas, que ha abierto un nuevo local para actividades culturales y recreativas, contribuyen también, tal vez inadvertidamente, a la causa de los mayores. De la misma manera, la piscina municipal climatizada Virgen del Carmen II, en la Villa Deportiva, se hizo pensando muy especialmente en las personas mayores. El recinto está dotado del más completo y moderno utillaje terapéutico relacionado con las actividades acuáticas que pueden desarrollar nuestros mayores, actividades que en todo momento están supervisadas por personal médico y sanitario.
Paréntesis oportuno a considerar es el ya tradicional capítulo de la beneficencia popular. Tanto el Ayuntamiento de Torremolinos como el pueblo a nivel privado, a la par de instituciones como Cruz Roja y Club de Leones local, colaboran regularmente con la provisión de los adecuados fondos para la adquisición de alimentos destinados al Comedor Social San José Emaús, en Torremolinos, donde, desde hace años, se reparten cada día unas cien comidas -desayuno, almuerzo y cena- entre los necesitados.
Tradiciones festivas que se han hecho populares en Torremolinos son las celebraciones del Día del Turista y el Día del Residente Extranjero. En un municipio eminentemente turístico no podía ser de otro modo. Esta consideración al visitante es parte intrínseca del corazón del pueblo. Ambos especiales días son jornadas de agradecimiento público a los miles y miles de forasteros que nos honran con su visita y a cuantos deciden establecerse en el municipio que previa y calurosamente los recibió: Torremolinos.

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