Lejos queda aquella película, intensa, grave y maravillosa, que fue una de las piedras fundacionales de la nouvelle vague, pero todavía sorprende Resnais por su voluntad de reinventar el lenguaje cinematográfico, ahora a través de un cine sutil, dinámico y encantador que opta a la Palma de Oro.
Con Les Herbes Folles, se confirma el potente músculo que el cine francés está exhibiendo en esta edición de Cannes, donde Un prophète deslumbró hace unos días y donde se esperan todavía las nuevas películas de Gaspar Noé y Xavier Giannoli.
Resnais ha sido maestro de todos ellos. “Sigo haciendo cine porque no encuentro una manera mejor de ganarme la vida”, reconoció.