Familiares y amigos han rendido un homenaje a las víctimas recorriendo el mismo trayecto que hizo el convoy accidentado en Valencia el 3 de julio de 2006 y depositando flores en un jardín para conmemorar el tercer aniversario de su muerte.
Según manifestó la presidenta de esta asociación, Beatriz Garrote, la Línea 1 de Metrovalencia era “un rosario de incidentes y anomalías en su funcionamiento” y había múltiples indicadores de que las cosas no funcionaban bien, pero no se tomaron las medidas de seguridad necesarias, “permitiendo –según Garrote– que el accidente ocurriera”.
El siniestro “no fue un hecho fortuito”, sino la “clara consecuencia de la falta de inversiones en el mantenimiento y en la seguridad”, añadió.
La asociación reconoce que “ya no tiene sentido pedir una investigación independiente” porque, tras la investigación parlamentaria y la judicial, todas las pruebas del accidente “han sido destruidas”.
Según Garrote, ambas investigaciones fueron cerradas “en falso”, ya que la comisión parlamentaria, “con la mayoría de votos del PP”, achacó toda la responsabilidad al maquinista muerto y “vetó documentos técnicos de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) y de expertos que apuntaban carencias de seguridad”.