El portavoz municipal de Izquierda Unida, Jesús David Sánchez, ha denunciado que las obras de remodelación del Mercado de Abastos “ha acabado costando más del doble, en torno a un 120% más, de lo que se nos dijo a los vecinos y vecinas de Puente Genil”. “Se trata de una inversión muy discutible desde el punto de vista estratégico, ya que se planteó una intervención a la que se ha añadido la reparación de la cubierta que no estaba en condiciones, con una absoluta imprevisión, los 200.000 euros o más que ha costado ubicar a los placeros en el recinto nuevo y los otros 200.000 euros de sobrecoste aprobados el otro día en el Pleno, que IU preguntó a qué se debían y sobre los que se intentó pasar de puntillas”, afirmó.
Sánchez dijo que se trata de un edificio “sin valor estratégico ni patrimonial, cuando en el municipio sí tenemos edificios que tienen ese valor y que se nos están cayendo, y hemos gastado un millón y medio de euros en la Plaza”. “Además, irónicamente, el emplazamiento provisional que se les ha dado a los placeros no sólo es mejor que donde estaban ubicados, sino que nos tememos que sea mejor que donde vayan a terminar, porque van a acabar en el mismo edificio con un lavado de cara”, aseguró
“Nos preguntamos si a lo mejor lo más inteligente tendría que haber sido hablar con todos los grupos y explicarle a la ciudadanía que a lo mejor se hubiera podido haber dejado escapar una subvención de 600.000 o 700.000 euros para haberla dedicado a otras cuestiones, porque además hemos acabado gastando el doble”, dijo Sánchez, quien reflexionó sobre si la inversión se hubiese podido dedicar a otros menesteres, como “la adecuación del comercio de Puente Genil en materia de accesibilidad, mejorar las zonas verdes, en inversiones en eficiencia energética para ahorrar dinero y contaminar menos, o en instalaciones deportivas que tanto demandan los usuarios”.
“Se ha normalizado que cada vez que nos presentan un proyecto nos dicen unas cuentas que se acaban doblando, con lo cual aconsejamos que se desconfíe de los números que se proponen, se exija transparencia y claridad constante sobre esos proyectos y se reflexione si vale la pena gastar un millón y medio de euros en un edificio de las características que he explicado”.